lunes, 25 de junio de 2012

Instrucciones de uso



En este blog se pueden leer diversos ejercicios realizados por alumnos de la asignatura de Crítica Teatral I (curso académico 2010-2011) y Crítica Teatral II (2011-2012). Se trata, por tanto, de un compendio de textos con carácter pedagógico, supervisados por el profesor Juan Antonio Vizcaíno. En su mayoría hablan de la realidad teatral que están viviendo sus autores y la escuela en la que realizan sus estudios. Las entradas más antiguas del blog corresponden a una etapa más temprana del aprendizaje y las más modernas a una etapa más madura. Se pide al lector que considere el carácter educativo del blog.

A la izquierda, pueden encontrar una serie de etiquetas que aglutinan todos los textos. Algunas de las más destacadas son:

Dossier Grandes Críticos.- se estudia la labor de algunos de los críticos de teatro más importantes de la España del S.XIX y XX. También se recopila parte de su labor crítica o artículos de especialistas que han abordado su obra. 
Crítica.- críticas de teatro, escritas por los alumnos, de la temporada 2010/2011 y 2011/2012, fundamentalmente.
Crítica RESAD 2011/2012.- críticas de teatro, escritas por los alumnos, de varios de los espectáculos realizados por sus compañeros de otras especialidades (dirección, interpretación) en la RESAD.
Antecrítica RESAD.- antecríticas, escritas por los alumnos, de varios espectáculos estrenados en la RESAD en la temporada 2010/2011.
Comentario Larra y Versión Larra.- comentarios a algunos de los artículos más importantes de José Mariano de Larra, así como una versión actualizada de los mismos realizada por los alumnos.
Clase.- en esta etiqueta se pueden ver diversos contenidos teóricos que han servido para articular el aprendizaje de los alumnos. El organillo del crítico de Juan Antonio Vizcaíno, discursos de Jose Luis Gómez o columnas escritas por Juan Ignacio García Garzón, Manuel Vicent o Haro Tecglen.
Guías.- diversos materiales teóricos, así como una biblioteca de críticas de teatro  contemporáneas. 
Mensaje del Día del Teatro.- los diversos mensajes del Día Mundial del Teatro del año 2012, así como algunas propuestas de los alumnos.
Columnas.- varias columnas redactadas por los alumnos, sin olvidar la realidad teatral que les rodea.

A la derecha pueden encontrar un indice cronológico con todas las entradas publicadas en el blog.

Esperemos que disfruten con las lecturas. Muchas gracias por su visita. 

sábado, 23 de junio de 2012

Un grado superior





Nosferatu. De: Francisco Nieva. Dirección:  Ernesto Caballero y Ana Sala. Escenografía: José Luis Raymond. Elenco: Nosferatu Pitiflauti, Javier Carramiñana Moya. Reina Kelly, Santiago Tocarruncho. Maestros de ceremonia. Irene Díaz de Mera y Paco Lindón. Gran Marcial, Chemi Moreno. Aprendiz, Alejandro Mendicuti. Otilia, Rebeka Brik. Azul, Nerea Gorriti. Greta, Marta Cobos. Fiacro, Victor Manuel Coso, entre otros. Pianista: Nerea Gorriti. Diseño de iluminación: Aristeo Mora. Sala Valle Inclán. RESAD

El otrora, Real Conservatorio de música y declamación de Madrid, fundado en 1831 por la reina María Cristina de Borbón, se propuso desde sus inicios dotar a todos y cada uno de los atraídos por el arte del teatro en España, de las herramientas necesarias y profesionales que sirvieran para pulir el talento del artista. Esta profesión sugiere muchas veces a los neófitos, la idea, de que detrás de esta manifestación artística solo hay divertimento y alegrías. En definitiva, pasa tiempos....Pero, ¿será que el muy duro bregar para alcanzar su desarrollo, perfeccionamiento y respeto, durante siglos, no forma parte de un trabajo serio? Es preocupante pensar que a día de hoy y por ese pensamiento, es que aquel conservatorio, actualmente llamado, Real Escuela Superior de Arte Dramático, vea puesto en tela de juicio e incluso en peligro su categoría académica.
     Más de un siglo y medio ha pasado desde que en Madrid se creara una escuela donde, la lírica, el canto, la danza y la declamación, se dieran cita para conformar una pedagogía del arte teatral, que para satisfacción de todos aún sigue viva. Una muestra irrefutable de su vitalidad, es la obra de la dramaturgia española. Nosferatus, de Francisco Nieva, que en la sala Valle Inclán de la RESAD, hubo de representarse el día 9 de marzo del presente mes de marzo. Para este hecho se dieron cita los alumnos del nivel 4º de especialidad de interpretación textual, que bajo el asesoramiento de un claustro de profesores especializados, pusieron de relieve el trabajo que en este centro de enseñanza se realiza. La representación fue concebida por una escenografía única. El escenario estaba cerrado en sus tres caras visibles dejando solo tres aperturas a cada lado a modo de arcos de puerta por donde la evolución de los actores, sus entradas y salidas, se hacían factibles y fluidas. La pared de fondo se presentaba rematada con una puerta central por donde desarrollaban sus apariciones triunfales los personajes protagonistas. A nivel del púbico, a su derecha y muy cerca de este, el piano vertical terminaba de conformar el espacio. Las paredes aforadas en una simulación de lamé rojo, representan una especie de hades o basurero de las miserias humanas de la vieja Europa y una plataforma central de superficie reflectante a modo de trampantojo, imita espejos. En ella y metafóricamente, se reflejan los personajes en sus defectos, actitudes y comportamientos. Este es el contenedor físico de la historia personal y colectiva de un grupo de personajes que representan una serie de prototipos humanos y esferas sociales, que llevados al extremo en el desenfreno de sus instintos, nos hacen reflexionar sobre nosotros mismos. Desde la escena en todo momento emanó un torrente imaginativo, humorístico e irónico que nos promovió a la autocrítica. Con estas armas su autor toca nuestras conciencias de forma más que acertada, pero sobre todo entretenida. Los actores en su concepción polifacética y coral, adoptan varios personajes alternativamente. Todos, en momentos estratégicos hacen las veces de coro, solistas vocales e instrumentistas. Sus desempeños en los sentidos vocales, musicales, histriónicos e interpretativos, demuestran un nivel de madurez y versatilidad dignos de encomio. La fisicidad en toda la obra juega un papel crucial y la coordinación de movimientos en la escena, conforma un engranaje que como una maquinaria, acciona la biela que proporciona dinámica y apoyo al texto teatral. Queda patente el trabajo de entrenamiento al que han de ser sometidos los actores para cumplimentar esta partitura propia de un teatro gestual. 
     La dirección de escena y de actores proveniente de las manos de Ana Sala y de Ernesto Caballero, fueron efectivas. Juntos evidenciaron el dominio de gran variedad de técnicas teatrales y del conocimiento en la guía escénica aplicada a la persona del actor. Los lenguajes teatrales narrativos significados; en las luces, música en vivo y el espacio sonoro, no fueron menos y como sendos protagonistas lucieron en extremo. La conexión platea-escenario llegó a un nivel empático tal, que permitió que el público compartiera con continuas exclamaciones de agrado el resultado artístico que provenía de la escena. No podríamos hablar de la particularidad interpretativa del elenco actoral ya que funcionaban como una única pieza en la que todos eran vitales para que el mecanismo no desfalleciera. Al finalizar, las expresiones para aclamar a los artistas fueron el catalizador que evidenció que el arte ofrecido y recepcionado, en definitiva vivido, es una evidencia insoslayable del nivel superior que posee la enseñanza artística que se fragua en las aulas y talleres de la Real Escuela Superior de Arte Dramático.

Habaguanex

Chicago ¿musical o clonación?




Chicago. Elenco: Marta Ribera, Velma Kelly. María Blanco, Roxie Hart. Manuel Bandera, Billy Flynn. Marta Valverde,“Mama” Morton. J. Giró, Mary Sunshine. Marta Blanchart, Liz. Adán Aguilar, Fred Casely. Carles Carrasco, Sargento Fogarty / Doctor / Juez Cover Amos. Pascual OrtíA, Aaron / Dance Captain. Ella Ruíz, Annie/Cover “Mama” Morton. Eugenia Sánchez, June. Tatiana Monells, Hunyak. Director musical: Sergi Cuenca. Directores asociados: Scott Faris y Nigel West.

El género de teatro musical es el resultado de la adición de varias fuentes teatrales surgidas en el seno de diferentes culturas incluidas entre estas; la opereta vienesa, la comedia musical, la pantomima, el vodevil, el Music hall y el género burlesco entre otros. De su máximo esplendor hablan por derecho propio los escenarios de Broadway. Si analizamos la proliferación de este género y paralelamente el de sus adeptos en todo el mundo, especialmente en Europa, comprobamos que de su buena salud no hay dudas. En el caso de Chicago el musical, su novedad y atracción, deviene entre otros muchos valores, por provenir de una crónica periodística real; relacionada esta, con dos mujeres acusadas de asesinatos pasionales en la ciudad de Chicago, allá por los años 1920. La idea original de Dallas-Watkins, cronista del Chicago Tribune, surge de su propio seguimiento sobre estos dos procesos jurídicos. Su vocación de dramaturga le llevó a asociar el éxito de estas historias con su posible prolongación a las tablas, vislumbrando con esto recibimiento similar dentro del público teatral. Con el paso de tiempo el ejemplo de esta vigencia la encontramos en el retorno a la capital de España de este espectáculo, después de un recorrido exitoso por la escena Barcelonesa. En esta versión, la escenografía es única y multifuncional, minuciosamente copiada a la auténtica concebida en Broadway. Se trata de una especie de gradas donde se coloca la orquesta de jazz y en la que se acoge tanto a los músicos como a los personajes que en un momento determinado realizan evoluciones sobre ella. La misma abarca todo lo ancho del escenario dispuesta de tal modo que deja solo unos escasos metros hasta proscenio donde los cantantes, actores y bailarines desempeñan sus más importantes evoluciones.
     Velma Kelly y Roxie Hart, las dos homicidas en torno a las cuales gira el argumento de la obra, son encarnadas esta vez, por Marta Ribera y María Blanco. Ambas intérpretes hicieron gala de todo un caudal de talento e histrionismo. El abogado oportunista Billy Flynn, a quien da vida el reconocido actor y bailarían Manuel Banderas fue precisamente el talón de Aquiles. Si bien es frecuente verlo brillar en todo lo que hace, en este caso no logró convencer totalmente. Sus limitaciones vocales rayaron en la desafinación y sobre todo en la emisión de sonidos de calidad dudosa. A pesar, su oficio sobre las tablas, su don y su imagen, lograron cautivar a un público de seguidores incondicionales.
       El aspecto más acabado del espectáculo es sin duda el cuerpo coral; cantantes, actores y bailarines. Todos con la difícil tarea de convertirse en el “Hombre orquesta”, mantuvieron un nivel de simultaneidad coreográfica, vocal e interpretativa verdaderamente meritorias.
La banda de jazz, cuya batuta estuvo a cargo del carismático director Sergi Cuenca, fue integrada acertadamente como partícipe de la trama y no como un mero acompañamiento de la misma.
     Definitivamente el musical Chicago del Nuevo teatro Alcalá tiene todos los ingredientes para ser perfecto, es un clon exacto de su progenitor norteamericano, pero curiosamente es frío y sintético. Si nos interesamos por conocer sobre su director encontramos que sus nombres están omitidos de cualquier publicidad. Esto se debe a la peculiaridad de ser un espectáculo hecho en serie y que sus directores asociados Scott Faris y Nigel West se encargan solo de mantener la fidelidad de la versión de Brodway a través de supervisores. De igual modo ocurre con la parte musical y coreográfica. Ante este nuevo caso de “oveja Dolly teatral” nos preguntamos ¿Un espectáculo que no da pie a la creación personal de aquellos que lo ejecutan, es arte? El hecho es que apostar por lo foráneo en vez de recurrir al inmenso caudal artístico nacional ya no es el único problema, sino que ahora además el derecho a la creación artística es tonsurado y mutilado en favor del lucro y la monopolización de una productora que lo controla como dios, todo. El arte y la magia que ha hecho que los hombres durante siglos no hayamos podido prescindir de las representaciones teatrales, es muestra de la necesidad del individuo de expresarse libremente a través de los medios recogidos de la naturaleza y de los que con sus propias manos ha podido crear. La búsqueda ha sido incesante y el ser humano hurgó y hurgará siempre nuevas formas con las que se sienta más pleno e identificado. Impedir esto, lleva al terrible resultado de un arte descafeinado donde sus interpretes como androides son programados para ejecutar solamente, la visión de un controlador de la creación, sesgando el aporte personal e innato del artista. A pesar, la entrega y profesionalismo de los artistas españoles que intervienen en el musical Chicago de Madrid, hacen necesario el acudir a disfrutar de un arte ejecutado con el más alto nivel.


Habaguanex

Los niños bailaban






Materia Prima. De: La Tristura. Elenco: Ginebra Ferreira, Gonzalo Herrero, Siro Ouro y Candela Recio. 20, 21 y 22 de enero. Teatro Pradillo.


Amanecer: Ha pasado más de un lustro desde que empezaran a dar forma a su intensa voz personal. A buscar un camino propio dentro de un panorama teatral agitado. Itsaso Arana, Pablo Fidalgo, Violeta Gil y Celso Giménez: La Tristura. Pero no hagamos historias. Materia Prima, su último espectáculo, se estrenó en la primavera de dos mil once y se ha podido ver en el Teatro Pradillo durante este fin de semana. Un remake, interpretado por niños nacidos en el año dos mil uno, de Actos de Juventud, obra estrenada en Escena Contemporánea, dos mil diez. El texto, las acciones y la duración del espectáculo han sido adaptados a las nuevas circunstancias; aunque la obra no se presente claramente autónoma.
     Mediodía: Los textos decididamente poéticos y de imágenes elocuentes, constituyen una de las apuestas más firmes por la renovación dramatúrgica actual. Articulados en forma de poemas casi autónomos, se nos presentan en escena como un libro en tres dimensiones. La Tristura nos habla de la juventud, la herencia y el futuro desde una óptica personal y melancólica. Parten de lo real para adentrarse en lo misterioso del día a día. Esta rica experiencia personal se diluye en este montaje al no realizar el mismo trabajo con los nuevos intérpretes, que, en algunas ocasiones, los re-presentan.
     En Materia Prima, los textos dichos se alternan con los proyectados y los que aún se conservan del espectáculo anterior, a pesar de su belleza, no acaban de encajar en la voz de un niño. En cambio, en una segunda parte, los parlamentos creados desde una realidad más cercana a los intérpretes, adquieren una dimensión y un mundo propio más acorde con la propuesta; los niños fantasean con crear su compañía, y por tanto, van dando forma a su
propia voz. En ellos depositamos el futuro como un día se depositó en nosotros.
     Atardecer: En clara sintonía con eso que se ha venido a llamar teatro posdramático, la puesta en escena se articula a partir de acciones perfomáticas y cotidianas. El juego es una de las partes fundamentales de la propuesta: jugar al balón, una guerra de almohadas -una de las imágenes más bellas y crueles del montaje-, o embadurnarse con chocolate blanco y negro: una ficción solvente que en manos de los niños se convierte en algo muy real.
     El espacio se compone de una cama a la derecha del escenario y de varios elementos que serán activados por los actores, con una iluminación muy cuidada. Al final del espectáculo, se colocará una mesa donde se llevará a cabo un banquete de zumo y fresas con nata devoradas con avidez. Y es ahí, al abandonar los micrófonos, cuando se genera un código interpretativo nuevo como una manera eficaz y sugerente de solventar la proyección de la voz.
     Noche: Los actores, Ginebra Ferreira, Gonzalo Herrero, Siro Ouro y Candela Recio, dan un toque naif e inocente a la puesta en escena, realizando un interesante trabajo y vehiculizando el discurso de la misma. Sólo una niña puede decir la palabra alienígena sin que suene ridícula y crear con ella un mundo. El espacio sonoro está casi siempre presente, intercalado con algunas canciones de sobra conocidas, pero que apenas forman parte del imaginario infantil.
     El público, mayoritariamente adulto, se enfrenta en el trascurso de la obra con sus promesas no cumplidas, recordadas por el que tiene la certeza de que está creciendo. Al final aplaudió, mientras ellos, los pequeños, bailaban.

Irene Ochoa

El melón no era de Villaconejos




Juego de Cartas I. Picas. 
Dirección: Robert Lepage. 
Producción: Ex Machina iniciada por la Red 360. Coproducción: Teatro Circo Price
. Texto: Sylvio Arriola, Carole Faisant, Nuria Garcia, Tony Guilfoyle, Martin Haberstroh, Robert Lepage, Sophie Martin y Roberto Mori. 
Dramaturgia: Peder Bjurman. Elenco: Sylvio Arriola. Nuria Garcia. Tony Guilfoyle. Martin Haberstroh
, Sophie Martin Roberto Mori. Ayudante de dirección: Félix Dagenais. 
Música original: Philippe Bachman. 
Diseño de escenografía: Jean Hazel. Diseño de iluminación: Louis-Xavier Gagnon-Lebrun. 
Diseño de sonido: Jean-Sébastien Coté. Diseño de vestuario: Sébastien Dionne. Diseño de utilería: Virginie Leclerc
. Diseño de imágenes: David Leclerc.

De todos es sabido la importancia de la reputación que tenga una marca al hora de consumir cualquier producto. Un ejemplo por la mayoría conocido son los melones de Villaconejos, cuya denominación es tradicionalmente garantía de calidad. Cuando vamos a la frutería y vemos la pegatina de esta prestigiosa marca madrileña, no dudamos en pagar mucho más con la certeza de saber que su dulzor está garantizado. Lo que ocurre es que no sé si porque la selección no ha sido rigurosa, sabiendo que la fama garantizará la venta, o porque el producto no corresponde a la propaganda que exhibe, pero lo cierto es que a veces ni el sello de garantía asegura que al abrirlos nos encontremos con una sorpresa. En teatro creo que ocurre algo muy similar. Por eso hablaremos de la propuesta que Robert Lepage con su compañía, Ex machina, y la obra Juego de cartas 1: picas, presentó en el circo Price de la capital Madrileña el pasado día 12 del presente mes de Mayo. La obra se desarrolla de forma simultánea en dos ciudades construidas en dos desiertos en el momento en que la invasión de EUA a Irak tiene lugar. La Democracia como justificación de la administración estadounidense para cometer el allanamiento a ese país árabe, es presentada por un lado. Por otro, el desierto de Las Vegas y su ciudad de juegos. Estos serán los escenarios de entrenamiento para las tropas norteamericanas que saldrán a Bagdad. Con este juego se permite el vínculo entre personajes de disímiles procedencias y de divergente ideología. El espectáculo se nos presenta entonces, a partir de una multiplicidad de historias conectadas y relacionadas entre sí. Es una sucesión episódica de situaciones en las que el asesinato, la preparación de los soldados, las consecuencias del juego desmedido y la inmigración ilegal en la ciudad de las Vegas, serán la base sinóptica de la historia.
     El escenario de forma circular facilitó un despliegue casi infinito de posibilidades de transformación en disímiles espacios. En ocasiones era la habitación de un hotel, o una sala de juegos, una piscina, una trinchera, o barras de bar. Con ello se aportó gran dinamismo a la representación. Vale destacar en este sentido el trabajo de los ocho técnicos que mediante carretillas manipulaban desde abajo todo el mecanismo.
     Por su parte el despliegue de los seis actores fue dúctil, física e interpretativamente. Estos, hacían en ocasiones las veces de utileros y tramoyistas con gran entrega profesional. El encarne de sus
personajes iba desde camareros de hotel que comparten sus penurias, soldados que se sienten obligados a participar en una guerra injusta, la infidelidad matrimonial y la adicción como destructora del ser humano, entre otras. El diseño de luminotecnia, así como toda la sofisticada tecnología con la que cuenta la sala del circo Price, apoyaron todo el derroche de la mutación escénica. Esta, tantas veces se produjo, que llegó a provocar la saturación de cambios inacabables. En definitiva primó la demostración y el exhibicionismo técnico-escénico, que anuló la endeble trama en la que el previsible texto, escrito por los propios actores, no lograba tomar relevancia.
     La duración del espectáculo tuvo la impiedad de tres horas sin intermedio, con lo que se acentuó el carácter en ocasiones monótono de la representación. El producto Lepage le ocurrió como al mal melón. Mucha etiqueta y al abrirlo demasiado insípido. Evidentemente no era de Villaconejos.

Habaguanex

Un ser complejo‏



La hostería de la posta. De: Carlo Goldoni. Dirección: José Gómez. Elenco: Antonio Lafuente, Javier Lago, Borja Luna, Ana Mayo, Julián Ortega, Chema Rodríguez. Vestuario: Vicenta Rodríguez. RESAD. 20 de Abril de 2012.

El humano es un ser complejo que oculta su identidad bajo diferentes teorías que manipula y maneja a su antojo. Ninguna persona es un solo ser. Somos muchos dentro de uno e incluso, en ocasiones, estas partes pueden llegar a ser contradictorias en su fin, pero ¿quién puede decir que esto no hace más exquisita la vida?
La hostería de la posta con la dirección de José Gómez, nos señala que al igual que la vida dos tipos diferentes de interpretación pueden coexistir en determinados momentos en escena e incluso en un mismo personaje. De esta forma, observamos actuaciones cercanas a la comedia del arte y en otros momentos a una naturalista, transformando al personaje según la necesidad y pensando tan solo en su fin como eje de acción.
Un agradable espectáculo fue sin duda lo realizado por el estudiante de dirección José Gómez. Una historia de amor que se desarrolla en una posta. Lugar en donde los viajeros descansan y reponen sus fuerzas para continuar su camino. En esta posta un hombre y una mujer se conocen y de inmediato se enamoran, pero él oculta su identidad con la intención de conocer los sentimientos de ella ya que el matrimonio entre ellos está concertado previamente, pero él no quiere forzar de esa manera su relación. Naciendo desde aquí el conflicto que recorrerá todo el montaje.
Las actuaciones sorprendieron por el desenfado en el uso de diferentes códigos y amenizaron el desarrollo de la acción con humor. Los silencios, al igual que los  movimientos de los actores en escena, estuvieron tratados de una forma correcta logrando mantener la atención del público durante todo la obra. Otorgando por ende, una limpieza y precisión a un montaje donde el cuerpo y la palabra fueron los protagonistas.
La escenografía marcada por el espacio vacío fue trabajada en el suelo, en donde se veía una franja de una tonalidad blanquecina, y que con efectos de luces marcaban los diferentes espacios. Al fondo de las escenas se encontraban unas sillas en donde los actores esperaban su turno a la vista del espectador.
El vestuario, semejante a los del siglo XVIII, fue unos de los aciertos del montaje y que se trabajó de forma minuciosa desde las pelucas a los zapatos. Cada uno de estos elementos nos ayudó a entrar en los conflictos y convenciones de la época, sin provocar ningún problema de correspondencia con la obra y ayudando a los espectadores a alejarse del conflicto que vivían los personajes, que para la actualidad y en esta cultura, son poco probables.
Aunque la obra transcurrió entre risas y aciertos, al final, tras un largo silencio nos encontramos con un desprecio realizado por el personaje femenino a su futuro marido, a su padre y a todos los que estaban presentes. Ella salió dando un portazo que de inmediato nos recordó a la Nora de Casa de muñecas. Rompiendo todo lo que se había construido hasta el momento. Este fue un recurso que introdujo el director. Algo que en búsqueda de un colofón final creó dudas en los espectadores y que no encajó con el planteamiento de la obra. Remarcando, de esta forma, una actitud innecesaria y sin ninguna justificación dentro del montaje.
P. Ugrumov

El peso de los nombres



Hamlet versus MedeaDe:· María Velasco. Idea y dirección: · Diego Domínguez. Elenco: · Yayo Cáceres, · Nuria de Luna, · Richard Collins Moore, · Sol López, · Jorge Mayor, Paula Ruiz López, · Elena Lombao, · Sergio Milán. Escenografía: · Miguel Ruz.Iluminación: · Juanjo Llorens. Sala Valle Inclán. RESAD.

Si Shakespeare levantara la cabeza no pararía de querellarse por sus derechos de autor. Y es que bajo la etiqueta de teatro posdramático se han sucedido espectáculos que se acercan a textos y héroes clásicos desde las más diversas ópticas; versiones, reescrituras o llamadores de musas, como es el caso de Hamlet versus Medea escrita por la burgalesa María Velasco y llevada a  escena por Diego Domínguez.
El texto se articula a partir de largos monólogos cargados de ironía, ocurrencias pop y suaves píldoras de reivindicación política, por medio de los cuales se nos muestran la vida y los conflictos de estos dos héroes trágicos en la actualidad. A través de una visión personal y de escenas casi autónomas se narran las diferentes relaciones familiares: madre e hijo, hombre y mujer.
Diego Domínguez plantea un espacio sobrio, de colores neutros, donde adquieren importancia la cuidada iluminación y los juegos escenográficos: bajadas y subidas de telones, una  lámpara e, incluso, una lavadora de la que nacerá Hamlet. El aire de pastiche es reforzado por una puesta en escena que alterna registros como el clown y el musical.
Demasiadas palabras, lastradas por la actividad cotidiana: comer, fornicar o visitar el retrete, hacen que el público pierda el sentido del relato; además, el peso de los grandes nombres, una y otra vez revisitados, consigue que el espectáculo no alcance todo su vuelo y los personajes no se muestren claramente autónomos.
La interpretación actoral está marcada por un elenco desigual, no beneficiado por el uso de micrófonos, del que destacan Sol López en el papel de Gerturdis, madre del Príncipe Danés, y Richard Collins Moore que en un inicio muy prometedor recita los monólogos de Shakespeare como un spoken word. A veces ocurre que los personajes secundarios se convierten en protagonistas.
Hamlet versus Medea es una obra donde se reflejan las nuevas prácticas de la escena y que intenta no perder de vista el legado de teatral; aunque, en ocasiones, el mito y sus nombres pesan demasiado.

Irene Ochoa