viernes, 14 de enero de 2011

La fiesta del indio


La fiesta del indio
Mestizaje más allá de la frontera


El próximo 31 de enero en la sala Valle Inclán de la RESAD se estrenará la primera parte de una trilogía a medio camino de América Latina y Madrid. La conexión entre México y España se ve reflejada en el joven director del espectáculo. La fiesta del indio, de Aristeo Mora, es la primera pieza de un puzzle que recoge el universo creativo de la dramaturga Cecilia Guelfin. “Es una trilogía que queremos escribir y montar en tres partes distintas: La primera parte en Madrid, la segunda en Guadalajara (México) y la tercera en Argentina,” comenta Aristeo Mora. “La primera parte es mi proyecto personal. En Guadalajara realizaríamos el espectáculo en el Instituto Cultural Cabañas”, añade el director.

Una historia articulada en torno a 21 monólogos y dos escenas. Veintisiete personajes vertebran esta obra, interpretados por 4 actores. En relación a la técnica interpretativa utilizada para el trabajo actoral el director declara, “He trabajado con lo que se conoce como sistema emergente que mezcla diversas técnicas. Anne Bogart, Chéjov... Para la construcción de los personajes estamos jugando con una serie de ritmos, respiraciones, que salen de una latita de sardinas convertida en instrumento,” afirma Aristeo.

Las difusas fronteras con las que se enfrenta el arte contemporáneo confluyen en esta pieza como ejemplo de la filosofía que impregna todo el espectáculo. “Es imposible existir, todo es un continúo fluir,” dice Aristeo. “No existo, realmente, si me construyo a partir de ese sistema, por eso los sistemas emergentes, y por eso la idea del otro,” añade el director. La obra de escritores como Bolaño, Octavio Paz, el propio material de Cecilia,... Arquitectos que trabajan con sistemas emergentes, diseñadores industriales, Viktor&Rolf o cineastas como Lychn o Soldonz impregnan todos los elementos de esta obra. El espectáculo se construye en base a este cruce de miradas. Se configura un paisaje de en el que late la historia que une todas las piezas, la desaparición de Mariana.

Cecilia me había comentado en las primeras reuniones que ella quería construir un personaje del que se hablará, que fuera una mujer estéril y sin una identidad formada,” dice el director. “Cuando yo le enseñe el pictograma y le hable de las ideas de como se podía comenzar a consolidar todo, decidió que ese personaje estaría construido por los testimonios de otros, nunca aparecería en escena. Mariana es la suma de un montón de miradas de diferentes personajes,” explica el director.

Todo esta en proceso. Cada aspecto de este espectáculo está en continúo cambio, no hay nada definitivo, ni tan siquiera el texto. Una suma de vivencias con aspiraciones transatlánticas que encuentran en la escena un “arte total” que recoge la mirada de otras disciplinas, en pro de dar voz a creadores que se mueven en los límites. La fiesta del indio estará en la sala A desde el 31 de enero al 4 de febrero.



ZIGMAT

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