martes, 2 de agosto de 2011

Monográficos breves: Pasolini



El arte de Pasolini, podríamos decir... es poético, y es prosaico en el sentido de lo dramátio, además es político, vaya, es 15 M. El arte de Pasolini piensa y comunica las contradicciones de la sociedad, se manifiesta teóricamente respecto al teatro. Y escribe, en todos los géneros. Pasolini también hizo cine, comprendió el poder de la imagen. Sus películas se alimentan de ideas, tomadas de la historia y la filosofía, así como del presente, del interior de todos nosotros; esas ideas aparecen expresadas mediante imágenes poéticas, mediante detalles. Teorema es un buen ejemplo: la poesía suspende lo cotidiano, Teorema lo hace. Pasolini posee además un gran talento dramático: en El Decameron presenta una serie de escenas muy sugestivas, ¡y oye!, con su conflicto y todo. A lo mejor no era un perfecto conocedor del lenguaje cinematográfico. Y eso se nota a veces. O sí lo era, quizás somos demasiado ignorantes aún. ¿Lenguaje cinematográfico? Godard. Pasolini posee además la capacidad de traspasar la ficción; utiliza el lenguaje dramático, audiovisual, pero también el metalenguaje. Interpela al espectador y también al creador, se pone en cuestión a sí mismo. “¿Por qué crear una obra cuando es mucho más bello soñarla solamente?”[i][i]

  Por eso podemos hablar de Pasolini y a al mismo tiempo charlar sobre Edipo rey, Medea , Pajaritos y Pajarracos, Saló, El evangelio..., Accattone, Pocilga, Las mil y una noches.
  Pasolini dirigió su mirada a la carne, al sexo, al poder. Desveló y provocó. Por otro lado, su acción trajo consecuencias. Tal vez no las deseadas. Se le tapó la boca demasiado pronto. Es muy posible que fuera un maldito, como todos. Que fuera tachado de pornográfico dice mucho sobre los que dictaron esa sentencia. Probablemente los hijos de estos jueces sean los productores y consumidores del porno de hoy en día. ¿Internet? ¿Bruselas? ¿Realmente ha existido eso que han llamado revolución sexual? ¿o lo erótico se confundió con lo escatológico? Herbert Marcuse (Eros y civilización[ii][ii]) lo tenía claro, para acabar con la represión de la sociedad es necesaria una erotización de todos los ámbitos de la vida. Está claro que Pasolini nos resulta atractivo, pero no por ello queremos follarle. ¿Entonces qué? ¿Le olvidamos? No. ¿Le santificamos? No. Le comprendemos, quizás.
 
  La obra de Pasolini está escrita desde su propia carne. Él nos regala su dolor.

  Podríamos acudir al maravilloso y célebre estudio Pasolini y Rohmer. Cine de poesía contra cine de prosa. En el que se utiliza una categorización procedente del cine soviético, tal que así: lengua (poético) frente a lenguaje. Pero avisa que es este un binomio aplicable a la literatura, no solo a la problemática realidad, por tener -el cine y la realidad también- una estructura lingüística y primigenia base. Pero el cine, como ya sabemos, es virgen: “la comunicación cinematográfica sería arbitraria y aberrante, sin precedentes instrumentales efectivos, de los cuales todos sean normales usuarios”, dice el libro citado[iii][iii]
 
No estaría mal intentar fabricar un lenguaje de imágenes-signos efectivo y emotivo.
Fabricio Barreiro



[i] PASOLINI, El Decameron.
[ii] MARCUSE, Herbert. Eros y civilización. Barcelona, Anagrama, 2003.
[iii] PASOLINI, Y ROHMER. Pasolini y Rohmer. Cine de poesía contra cine de prosa”. Traducido por Joaquín Jordá, Barcelona, Anagrama, 1970.

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