En Razón y ser de la dramática futura
(Gonzalo Torrente Ballester)
“La tragedia será expresión del misterio supremo de la vida humana – el misterio del Destino, del Tiempo y de la Energía cuando quieren ser conocidas por la inteligencia; es decir: la peripecia de poner límites a lo que por esencia no los tiene - , encarnado en un hombre excepcional, Héroe o Protagonista, de voluntad disparatada hacia metas inaccesibles, cuyo resultado siempre tiene que ser lamentable, porque se origina en un desequilibrio de las facultades del Héroe, al subordinar la inteligencia al querer.
(…)
Pero cuando entre el medio y el fin hay una desproporción excesiva, y el protagonista no alcanza altura moral conveniente, entonces, aunque su fin sea lamentable, nos reímos mucho. Para que la muerte conmueva, no basta que sea “muerte”, sino que requiere una “muerte en forma”. El héroe trágico está alejado de la facultad de medianía que le atribuye Aristóteles, porque después de la tragedia de Jesucristo como Hombre exigimos la eminencia.
(…)
En el Coro recaerá el papel de Antagonista, con ese antagonismo que existe entre el artista y la obra.”
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