sábado, 21 de mayo de 2011

Fiesta y desenfreno en Madrid

Madrid en mayo es una gran verbena. Esta ciudad tiene una capacidad que es virtud  en el hombre contemporáneo. Madrid se adapta a las circunstancias psicológico-estacionales de sus habitantes. Hegel lo sabía.
  Madrid en diciembre es un gran centro comercial. Y los atuendos son más escudo para cada una de las células andantes que componen las masificadas calles céntricas. Madrid en agosto sólo será Madrid. Pero no hay que sufrir por ello, amigos. A los que estén les resultará más fácil encontrarse. 

  En cambio, en mayo es una gran fiesta de danzantes sátiros desnudos que comen y beben. Los sátiros no son ya los sátiros de antaño. Los sátiros de ahora no tienen ni puta gracia, están atontados por el efecto de la cerveza. Baco, ¡dios del vino! No de la cerveza, amigos. Manadas y manadas de borrachos berreando con grupos de música terribles. Esos efluvios del alcohol tan cotizados… ¿No acabarán con la costosa evolución del cerebro humano? ¿Será esto justicia divina por la matanza indiscriminada de animales para la pitanza? Seguramente, tronco.

Fabricio Barreiro

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