domingo, 27 de marzo de 2011

Escritor y crítico



Un escritor escribe para saber qué es la literatura y un crítico trabaja en el interior de los textos que lee para reconstruir su autobiografía.



jueves, 24 de marzo de 2011

La lengua


La lengua es vital. Me ayuda a comunicarme y a comprenderme. Me ofrece momentos de creación y conocimiento, cuando cuento, escribo, escucho, leo. También cuando pienso a solas, a veces lo hago con tanta pasión por el milagro que me aventuro a elevarme sobre mi limitada lengua hacia un lenguaje más bello, universal, casi soñado.
  La limitación, realidad insuperable y que superamos juntos. La lengua es un sistema construido por todos, que limita y a la vez nos invita a compartir. No nos comunicamos únicamente mediante el lenguaje, pero a través del lenguaje transmitimos pensamiento pensado, es decir imágenes, emociones, ideas, impulsos, pero siempre orientados hacia un lugar de encuentro.
 
Fabricio Barreiro

Amor y odio


¿Cómo puedo odiar y amar a la vez a este organismo rugoso? Palabras que se forman, sueños que destruyes. Reconciliación y mentiras. Todas estas se forman en tu interior y construyes al hombre a tu imagen y semejanza.

Un Dios del que aparecen distintos sonidos que nos prohíbe comunicarnos. Nos influye el odio y nos confunde con la dulzura del amor. Eres la bella mujer de rápidos movimientos. Y espero que esos dientes te encierren de por vida ¿Pero qué haría si no existieses? ¿De dónde vendría la música si no pudieras escapar? No te he dejado y ya te extraño. Hablaré contigo, hablaré dentro de un canto, hablaré con distintos sonidos buscando tu amargo sabor del perdón.

Te puedo decir que te amo o que te odio, pero no que te he olvidado. Esa es la única forma que conozco para crear el misterioso acto de recordar con el gusto: La deliciosa y ácida manzana.

Lengua afilada, lengua bípeda, lengua materna. Mecanismo de destrucción masiva y gran forma para amar.

¡Tengan cuidado y no lo olviden: La lengua no muerde!



P. Ugrumov


La lengua


Sin duda, la lengua, es el sistema más perfecto de manipulación, de donde parte todo adoctrinamiento y toda violencia. Pero también es la única herramienta capaz de luchar contra ella misma. Es necesario, por tanto, conocer los tintineos y repiques de tan variopinta serpiente, ya que así podremos vislumbrar todas las relaciones tejidas y luchar de manera precisa, si queremos, contra ellas. Toda arma política está llena de pequeños resortes que funcionan de las más diversas maneras. La lengua es dulce como la mora, aunque se halle dentro de las zarzas.
Podemos realizar dos caminos si no queremos adentrarnos en el valioso conocimiento y buen uso de ésta: callarnos o vivir para siempre sometidos, ciegos, desmembrados por sus afiladas fauces. Sean ustedes libres de tomar la decisión que más les convenga, pero no se olviden de que si los humanos superan a los animales en su capacidad para el horror es precisamente porque hablan.

Irene Ochoa

lunes, 21 de marzo de 2011

Programación salas RESAD


pincha en la imagen para acceder

viernes, 18 de marzo de 2011

La lengua - Dostoyevski


La lengua es, sin discusión, la forma, el cuerpo y el envoltorio del pensamiento [...], y, por decirlo de algún modo, la palabra última y definitiva de la evolución orgánica. De donde se deduce que, cuanto más ricos sean los materiales y las formas que adquiero para expresar mi pensamiento, más feliz seré en la vida, más precisas y comprensibles serán mis razones tanto para mí mismo como para los demás, más facilidades tendré para dominar y vencer; podré decirme más rápidamente a mí mismo lo que quiero decir, lo expresaré con mayor profundidad y con mayor profundidad también comprenderé lo que quería decir; mi espíritu será más fuerte y más sereno y, por supuesto, seré más inteligente. [...] Ni que decir tiene que cuanto más rico, flexible y variado sea nuestro conocimiento de la lengua en que hemos decidido pensar, más facilidad, variedad y riqueza habrá en la expresión de nuestro pensamiento.

Dostoyevski, fragmento de Diario de un escritor


Para la próxima clase, cada alumno/a deberá hacer una reflexión o definición personal, de lo que significa para él/ella, la lengua, en 10 líneas.
El profesor:
Juan Antonio Vizcaíno


"El Balancín" de Manuel Vicent. El País.


-pincha para leer el modelo de columna-


jueves, 17 de marzo de 2011

Trepidante montaje de Mamet en La Abadía



Autor: David Mamet Dirección: Julio Manrique Intérpretes: Iván Benet, Pol López, Marc Rodríguez, Andrew Tarbet (como locutor de radio) Escenografía: Lluc Castells con la colaboración de Irene Martínez Vestuario: María Armengol Iluminación: Jaume Ventura Espacio Sonoro: Dani Aznar Producción: Teatre Lliure. Funciones Teatro de la Abadía de martes a sábado 20.30 h. y domingo 19.00h.


La obra, estrenada en 1975, le sirvió de trampolín al dramaturgo, guionista y director David Mamet para darse a conocer en el mundo del teatro y el cine. El director Julio Manrique, elige esta vez American Buffalo, su segundo Mamet, junto a la producción del teatro Lliure y no le sale nada mal. La trama nos sumerge en el mundo de los perdedores, tres personajes, sin demasiadas luces para llevar a cabo el robo de unas monedas de colección. La paranoia sembrada por uno de los personajes; Teach y padecida por Don y Bob, hace imposible la realización del plan que desemboca en un rotundo fracaso.
La acción se desarrolla en una abigarrada tiendas de cachivaches en algún lugar perdido de los Estados Unidos, que se convierte en el centro de operaciones. La escenografía en una especie de horror vacui de objetos inservibles de todo tipo, ocupa plenamente la escena y nos sugiere también un exterior tras una puerta de cristal, por la cual vemos a los personajes llegar e irse en distintos tiempos y bajo diferentes condiciones climáticas.
En este lugar lleno de antigüedades transcurre la historia de estos tres antihéroes. Don (Iván Benet) propietario del negocio, su joven ayudante Bob (Pol López) que tiene problemas con las drogas y Teach (Marc Rodríguez) que aparece para romper el orden, entre otras cosas. La deslealtad, el egoísmo y la torpeza emergen de estos tres granujas que se salen de quicio hasta llegar a la violencia psíquica e incluso física. La actuación de Marc Rodríguez, que en un inicio parece un poco exagerada, va acomodándose a los largo de casi dos horas de representación en las que el actor mantiene todo el tiempo un ritmo frenético que lo deja sin aliento a él y a nosotros. Iván Benet, antagonista de Teach muestra un trabajo sólido y convincente. La frescura del joven Pol López en sus recurrentes apariciones e interrupciones lo convierten en una revelación.
La tragedia, como Mamet la denominó, no lo parece tanto a través del ojo de Manrique. El absurdo de las situaciones, sumado a la oposición del ritmo interno de los personajes de Don y Teach, crea, por medio de frenéticas replicas y abruptos silencios una partitura intensa y emocionante que desemboca en la carcajada.
Cabe destacar la frescura del lenguaje que imita la realidad de la calle de una manera convincente y una dirección muy acorde con el espíritu del autor que nos deja con la sensación de haber visto buen teatro.
ÁNGEL DE AZA

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Qué hace un espectáculo como tú en un sitio como éste?


Tablero 37, compañía: Quilosá Teatro. Espectáculo de improvisación. Intérpretes: Alba Soto, José Casasus, Juan Gutierres, Miguel Ángel Rodríguez -Miguel Rojo-, Yago García, entre otros. Fecha y lugar: Miércoles en La Casa de los Jacintos.





El teatro es una cualidad intrínseca al ser humano. Es de sobra conocido que se puede crear un espectáculo sin apenas nada, recordemos el espacio vacío de Peter Brook y sus malas interpretaciones; lo único que hace falta es delimitar el lugar.
Por otro lado, como nos cuenta H. Bergson en su famoso ensayo sobre lo cómico, han sido muchos los estudiosos que han definido al hombre como “animal que ríe” y, por lo tanto, como “animal que hace reír”.
Si metemos en una coctelera y agitamos enérgicamente estos dos ingredientes obtendremos Tablero 37 de la compañía de improvisación madrileña Quilosá Teatro. Un espectáculo que tan sólo necesita de un pequeño rectángulo definido por las butacas del público, un tablero como el del juego de la oca, dos dados y el entusiasmo y la participación, nada forzada y natural, de los espectadores.
Tablero 37 es un encuentro con el teatro más ágil, fresco y divertido que hace arrancar la carcajada en varias ocasiones a base de la improvisación y diversos juegos planteados por un entrañable presentador y ejecutados por cuatro improvisadores diferentes. Al final sólo ganará uno, aunque disfrutemos todos los allí presentes.
Dentro de una atmósfera distendida y propicia, los actores van entrando y saliendo de diferentes registros, demostrando su técnica e imaginación, creando historias que parten de títulos o acciones arrancados al público, que acabará tarareando las melodías propuestas por los intérpretes y aplaudiendo gratamente después de cada interpretación.
Los jugadores se presentan en escena con diferentes arquetipos, disfrazados, que irán cambiando cada miércoles en el anodino espacio de la Casa de los Jacintos. También rotarán los actores de la compañía,  haciendo de cada noche algo realmente único.
Una manera inteligente y entretenida de disfrutar del teatro más efímero. Un espectáculo sin apenas nada, pero que con el empeño tanto de actores como de público, consigue mucho: la risa, algo siempre necesario y difícil alcanzar.

Irene Ochoa

martes, 8 de marzo de 2011

Las huellas de Ibsen bajan por las escaleras


Ibsen. Tras el cristal. Dramaturgia y dirección: Ignacio García May. Espacio sonoro: Eduardo Aguirre de Cárcer. Pianista: Isabel Arévalo. Vestuario: Almudena Rodríguez Huertas. Diseño gráfico: Noray. Reparto: José Luis Patiño, Xenia Sevillano. Producción: Tigre Tigre Teatro. Fecha: 7, 14, 21 y 28 de Marzo a las 20:30. Lugar: Sala Calvario. Teatro de la Espada de Madera. Madrid.


Si hay algo que ha definido el teatro, desde sus orígenes, es la conciencia del espacio. Aunque no siempre haya sido la misma, esta categoría siempre ha estado en el centro de la diana permitiendo la innovación y el cambio. Por lo tanto, se puede afirmar sin miedo a la equivocación, que uno de los primeros pasos que ha de dar el creador escénico a la hora de imaginar su espectáculo es buscar el espacio en donde éste se va a desarrollar, ya que es diferente presenciar una obra pensada para cuatrocientos espectadores en un teatro de escasas butacas.
Ignacio García May da de lleno en el blanco y acierta al presentar Ibsen. Tras el cristal, la nueva producción de Tigre Tigre Teatro, en la Sala Calvario del Teatro de la Espada de Madera. Una sala, con bancos de madera en forma de u, para poco más de sesenta espectadores, que desde el inicio te invita a participar del trance y la comunión escénica.
Apenas dos actores, tres mojones hechos con papel de periódico y una pianista detrás de un teclado, le sirven al dramaturgo y director para crear un espectáculo que destila esencia teatral encima de una alfombra, sin aditivos.
La obra es un ensayo dramatizado en torno a la figura de Henrik Ibsen que puede llegar a pecar de abstracta y compleja en un discurso que se actualiza en directo, además de la dificultad que supone seguir su desarrollo si no se conoce de manera suficiente la figura del dramaturgo noruego; aunque esto no es condición sine qua non para no poder degustar un texto rico y delicadamente elaborado donde se entremezclan fragmentos de poemas, obras, cartas y conversaciones privadas del escritor con las reflexiones propias del dramaturgo madrileño. La duración de poco más de una hora permite al espectador medio mantenerse atento a la poesía que emana de los diálogos, acompañada de efectos y música en directo; un clásico, que manejado por manos expertas, nunca falla.
El sugerente ensayo está compuesto de ocho partes -Ibsenjaula, Ibsenpasado, Ibsenrostro, Ibsensonambulismo, Ibsendios, Ibsenhombresymujeres e Ibsenfinal- e interpretado sabiamente, desde una distancia muy corta, por José Luis Patiño y Xenia Sevillano. Los actores entran y salen de diversos roles: desde el narrador, pasando por diferentes personajes del teatro ibseniano hasta al propio escritor noruego, llegando a entremezclarse e interactuar con el público. La representación se acompaña por un ritmo muy conseguido gracias a la alternancia de silencios, partes estáticas, gritos -quizá algo histriónicos- y dinamismo. El vestuario, mejor el de ella que el de él, sugiere y evoca al país nórdico, moviéndose en la fina línea que separa la prenda teatral del ropaje del turista.
Ibsen. Tras el cristal se vale de pocos elementos: una libreta de hojas de colores, unas cuantas pajaritas de papel, un vaso, unas tijeras, tres velas y tres pilas de periódicos que servirán para evocar diferentes espacios; para crear una atmósfera propia y sutil que envuelve al conjunto. Todo en la obra está integrado y funcionando a pleno rendimiento: la iluminación de salón, el teclado que a veces gustaría que fuese un órgano, las imágenes propuestas, el uso múltiple de un fular, las escaleras por las que bajan los actores con un candelabro para dar inicio a la representación, etc; nada sobresale, encontrándose cada elemento engrasado y en su justa medida. Un pequeño bocado digno de degustación.
La Sala Calvario se convierte así en un espacio idóneo para disfrutar del ritual del teatro que da comienzo en el instante en que se apaga la luz y se escuchan las huellas de Ibsen bajar por las escaleras.

Irene Ochoa

domingo, 6 de marzo de 2011

La crítica - E. Haro Tecglen


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Chéjov por Jorge Saura: un encuentro

El uno de Marzo, a la una del mediodía, entró Jorge Saura en el aula 0.21 de la RESAD para mantener con los alumnos de la asignatura Análisis de Textos II, impartida por Juan Antonio Vizcaíno, un coloquio sobre la obra de A. P. Chéjov.
Teniendo como punto de partida y excusa el análisis de Tío Vania, el profesor del departamento de dirección escénica realizó un lúcido comentario del conjunto de la obra dramática del autor ruso, intercalando sus intervenciones más analíticas con anécdotas más personales de la vida del escritor y su propia experiencia personal, como estudiante en Rusia y traductor.
Resaltó de la obra del dramaturgo la importancia del tiempo como personaje en sus dos acepciones -el paso de las horas y el clima-, la importancia de los detalles -pequeñas pinceladas nos dicen la época o el lugar en el que transcurre la acción-, la importancia de la atmósfera y del espacio sonoro -las obras de Chéjov están llenas de objetos que producen sonidos-, de las acotaciones y los silencios.
A Chéjov le interesaban los comportamientos humanos, no la crítica social; de ahí la importancia de todos los pequeños elementos de sus obras. Para terminar, Jorge Saura, dibujó un pequeño esquema de la influencia del ruso en la dramaturgia posterior, fijándolo como un autor de teatro del absurdo avant la lettre, con ejemplos entresacados de su obra El huerto de los cerezos y la exigencia de Chéjov por llevar a escena la obra tal y como el la había imaginado en su escritorio, de una manera parecida a lo que más tarde hará Samuel Beckett.
Los alumnos de segundo de dramaturgia de la RESAD pudieron disfrutar y aprender de las palabras de Jorge Saura y así, abrir nuevas vías para la reflexión de las obras chéjovianas.


sábado, 5 de marzo de 2011

Yo y mi hermano. "Delirio filosófico a la cubana"


(Inspirado en “La noche buena de 1836”. Yo y mi criado. Delirio filosófico. Mariano José de Larra)
"La noche vieja de 1999"
Yo y mi hermano. “Delirio filosófico a la cubana”
Habaguanex

El 31 de Diciembre es un día fundamental para los cubanos, de hecho es el único festivo oficial no relacionado con la revolución. Además según las tradiciones religiosas de la santería, las meigas gallegas, los brujos canarios, chinos, los indios taínos y siboneyes autóctonos y toda clase de oscurantismos que en allí encontraron caldo de cultivo para entremezclarse unos con otros, establecen que el día de noche vieja es necesario prepararte para que el año nuevo venga lleno de experiencias positivas.
Hay que prepararlo todo con vistas al advenimiento del nuevo período. Bajo ningún concepto debe sorprenderte sin que hayas tomado las medidas correspondientes para evitar una posible catástrofe.
Nunca sabrás a ciencia cierta lo que acontecerá, por lo que el temor a descubrir ya de antemano, que la cosa no va a ir bien es frustrante. Sobretodo porque los deseos y empeños futuros dependerán de ese dichoso comienzo.
Desde siempre he creído y creo en que será así, no sé si por tradición o por ese miedo interno a desprenderme de una superstición temiendo que las represalias no tarden. O quizás más claramente, por achacar y justificar con causas sobrenaturales mis incapacidades, miedos y frustraciones.
Lo cierto es, que cada 31 de diciembre para mí es un sin vivir. Sé que se avecina un año más en el que pueden abrirse nuevas posibilidades de cambio y progreso, y también puede ser justo lo contrario. De nada valdrá entonces meterme debajo de la cama, o beberme un cubo entero de tila buscando la evasión, no evitaré que las predicciones se cumplan y me abofetee la realidad aún dormido.
También es verdad que existen métodos profilácticos según las autoridades brujas, para intentar mejorar lo que se denomina letra del año. Estos son algunos de los más populares remedios. Debes salir a la calle a las doce de la noche con una maleta y dar tres vueltas a la manzana, si quieres que haya giras o viajes ese año (Confieso que una vez lo hice y me asaltaron unos delincuentes, desde entonces no he vuelto a intentarlo, prefiero de todo corazón que no los haya). También debes evitar disgustos; bañarte con canela, miel de abejas y flores atraerá el amor; limpiarte con menestras y un huevo, tirándolos luego en la convergencia de cuatro esquinas, te evitará enfermedades; buscar una hierba llamada muralla y poniéndola a la entrada de la casa, alejará el mal y abrirá posibilidades de proyectos.
Es muy aconsejable además mezclar tu nombre escrito en papel de estraza con el de tus superiores, metiendo ambos en un bote de azúcar negra. Esto creará efectos de favoritismo y buena armonía respecto a las relaciones laborales con ellos. Solo debes mover con mucho fervor, y con una cuchara, por supuesto, pidiendo que se endulcen los propietarios de dichos nombres.
Por último, como medida extrema, también puedes azotarte con las ramas espinosas de una planta llamada Rompesaragüey, que te dejará el cuerpo muy dolorido y con marcas durante un mes, pero romperá como bien su nombre lo indica, cualquier maleficio de otro que como tú, intentara que su nuevo año vaya bien, y quiera, por ejemplo, en el terreno laboral, quitarte literalmente de en medio.
Así sucesivamente son interminables las medidas que puedes tomar para amainar los estragos que ese año nuevo te pudiera deparar.
Con este cacao de soluciones me pregunto ¿por qué tiene que depender el conseguir los objetivos sueños y aspiraciones, solo de causas ajenas y no de la voluntad ni del esfuerzo? Cada vez que reflexiono sobre esto, me viene inevitablemente la imagen de la bombilla que no le vale con querer alumbrar fervientemente, sino que por obligación dependerá siempre de esa energía, sin la cual la pobre es poco más que un frágil trasto. Mi bombilla está entonces siempre expectante de que esa energía llamada inspiración, oportunidad, suerte o destino, le dé la gana de presentarse a la cita. Más que todo, porque cada año de fracasos, es inversamente proporcional al tiempo que me quedaría, para llevar a cabo a mis propósitos de realización
Recuerdo muy bien que todas estas inquietudes se debieron a la visita que un maravilloso día la musa Erato me hizo, y fue cuando comencé con solo cinco años a recitar con mi precoz memoria de arriba abajo, todos los poemas de Nicolás Guillén. Todo esto para orgullo y vanagloria de mi querida madre. Umm, aún me recuerdo inmerso y enajenado en la historia, como si los personajes del poeta se hubiesen transfigurado de letras y estrofas, en seres de carne y hueso que jugaban conmigo

De La Habana a Portobello,
de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco
sin capitán.

Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.

Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más;
anda y anda el barco barco,
sin descansar.

Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, azúcar,
le contestó.

¡Ay, mi barco marinero,
con su casco de papel!
¡Ay, mi barco negro y blanco
sin timonel!
Allá va la negra negra,
junto junto al español;
anda y anda el barco barco
con ellos dos.
¡Ay Dios mio, cuántas veces deseé ir en el barco con el español y la negra aquella para no regresar jamás!
Fue...sí...fue desde entonces que comprendí que era un ser distinto, mientras mis hermanos, primos y amigos jugaban al beísbol, yo no hacía otra cosa que recitar poemas con un turbante en la cabeza. Me sentía entonces el ser más afortunado de la tierra, a pesar de las miradas y críticas desdeñosas de mi padre, de mi hermano y de la mayoría.
Debo decir que ella, la musa, no vino sola, poco a poco, también decidieron incorporarse a la comitiva sus compañeras Talía, Polimnia y Urania. Desde ese momento mis estados anímicos, mis alegrías, mis sueños giraban entorno a las artes. Una sensibilidad casi obsesiva por ellas, me darían un vuelco, provocándome grandes vaivenes emocionales. Los mismos se encontrarían a partir de ahora, ligados con lazos irrompibles a mis creaciones y a las ajenas, ya sean música, danza o escritura, en definitiva serían mi sosiego y mi tormento.
Y así, con esta dolencia anquilosada llegó otra víspera de año nuevo. Salí a trabajar, y dejé ya desde las tres de la tarde a esa pobre gente de mi barrio y de mi casa, bebiendo enajenados como colibríes aferrados a la flor. ¡Con qué poco se conforma esta gente!, me dije, pero no se les puede pedir más, hasta ahí llegan sus aspiraciones.
Ese fin de año no era uno cualquiera, era nada menos que 1999, vísperas del fin de siglo XX.
Y mientras meditaba en cómo emprender otros caminos, esos pobres se dejaban llevar por la propaganda de los ya 41 años de logros, que la revolución cumpliría el 1º de Enero.
Y mira por donde yo me había pasado todo el rato elucubrando sobre mi posible huída para alejarme precisamente de esos logros. Estaba harto de manipulaciones.
Pensaba hacerlo en la próxima gira al extranjero con la compañía Tropicana, donde trabajaba, y dicho sea de paso, me realizaba plenamente entre lentejuelas, luces, música, cual cucaracha revolcándose dentro de un bote de leche condensada.

Aquella noche al final de la función, dentro del autobús que trasladaba a los artistas a nuestros respectivos barrios, las lágrimas se me saltaban cuando reflexionaba sobre el precio que debía pagar si lo hacía. Con mi cabeza recostada al cristal de la ventanilla, veía toda mi vida pasada, y la nueva, que ansiaba con toda mi alma... ¡Ay esa ventanilla! Ahora que lo pienso, ella sola se merecía que le dedicase una reflexión. Eran autobuses donados por los pastores protestantes de Montreal, donde hace un frío que pela, y no tenían la posibilidad de ser abiertas. Íbamos entonces achicharrándonos, con el maravilloso y cacareado verano eterno caribeño. Eso sí, todos tan contentos. Al cubano con una botella de ron y dos maracas le basta para ser feliz, me dije, al verlos divertirse en medio del pasillo de la guagua, que es como allí se llaman los autobuses. De repente uno gritó desde el fondo.
  • ¡Oye mulata que linda estas hoy!
  • ¡Ay Negrón, no me digas esa cosas y tócame el chasis por favor, necesito cariño, azúcar, azúcar !¡Esto está que arde!
Y tanto que ardía, y yo deseando morirme de frío en el Cánada con los benditos pastores. Una foca quería ser en aquel instante.
Solo una idea me daba vueltas en la cabeza, libertad. El hastío por la precaria situación, que no se trataba solo de llenar la tripa, no. Mi hambre al menos no era solo de estómago, y no existía en el mundo cartilla de racionamiento que la pudiera saciar. Estaba hasta la coronilla de que me racionalizasen la posibilidad de expresarme como lo hacen con el kilo de boniato que nos daban cada mes.
Durante el trayecto el espíritu festivo de la gente en la calle lo invadía todo, al igual que la congoja y el desasosiego hacían lo suyo en mi interior. Mujeres que iban con botellas de alcohol medio desnudas y bailaban. Ninguna se planteaba que ya eran 41 años de revolución, una revolución que no se ha querido enterar de que ahora son cds y no discos de vinilo. ¿Por qué no protestaban al menos quedándose en casa, en vez de ir tan panchas por el muro del malecón? No lo podía creer, cantaban las muy tontas, un chachachá muy famoso tocándose de forma provocadora... Si me pides el pescao te lo doy, ay te lo doy, te lo doy , te lo doy. ¿Pero de qué pescado hablaban? Allí donde nos baña el Caribe y el Atlántico por todos lados ¡no hay pescado y mucho menos langosta! A no ser para los turistas en los hoteles.

A los pocos días se avecinaba una gira a Mónaco, era mi oportunidad, pero el empresario es francés y muy exigente, quería el mejor elenco. Solo viajarían 40 de trescientos que éramos, entre bailarines, cantantes, músicos, modelos, vedettes y su madre en cueros. Como la plantilla está inflada y trabajamos prácticamente gratis por un diploma de vanguardia, desempleo no hay, lógicamente. Allí todos podemos ser artistas, ingenieros, médicos y cosmonautas si quieres. Pero cuando se trata del “bussines”, el capitalismo manda, solo 40 para el trabajo de 300, y a ver a quién le toca.

En fin, ese 1999 sería el último, me dije yéndome a casa. Había tomado la mayoría de las medidas recomendadas, pero no me fiaba. Fue entonces cuando mi vecina María Regla que es santera me dijo.
  • Oye, si quieres que te pongan en la gira ponle al santo Eleguá un avión de juguete. Rafa mi marido lo hizo y su hija mayor lo reclamó y logró sacarlo para Mimi.
  • ¿De verdad Reglita?, le contesté.
  • Hazlo niño, te acordarás de mi, eso si, recuerda cuando llegues que mi número de zapatos es el 37. ¡No te tomes cuando llegues la coca cola del olvido! Gritó desde su puerta.

Entre promesas de recuerdos y de tallas salí corriendo a ver que niño generoso me prestaba un avión, porque juguetes no vendían desde hacía mucho. De más está decirles que los pocos niños que tenían un avioncito destartalado, daban verdaderas pataletas al ver que sus madres pretendían privarles de su compañero favorito.
Finalmente, encontré la solución en un amigo, al cual su mujer y su niño se le habían ido también para los Estados Unidos. Él no pudo por el impedimento de que al ser el médico, la revolución les impone, que solo después de 5 años castigados sin ejercer la profesión, podría pedir de nuevo que le dejasen ir, y ya se vería. Mi amigo con toda la intención de ayudarme me ofreció un avión que su hijo dejó. Al enseñármelo ambos nos dimos cuenta de que era un cohete. Quedamos desconcertados, pero decidí probar con eso mismo. Reglita más tarde me comentó. “Niño, puede que sea mejor, los cohetes van más rápido”. A lo que yo agregué, “pero van al cosmos, y lo que yo quiero es ir a Mónaco”. No tuve más remedio que probar con el cohete, era eso o nada. Me sentí como Yuri Gagarin en el cosmódromo de Vaiconur.

Aquella noche del 31 nos reunimos la familia y unos cuantos amigos. Bailaba a pesar del dolor de los golpes, que con las benditas hierbas me dio el brujo. Todo iba bien, estaba seguro esa vez de que todo iba a salir a pedir de boca, o al menos eso me repetía intentando alejar cualquier pensamiento negativo. Pero lamentablemente esto duró hasta escuchar que se acercaban las doce y una gran inquietud se apoderó nuevamente de mí.
Pasada la medianoche, y después de los besos entre unos y otros, los abrazos con temblores incluidos y de lanzar cubos de agua por los balcones a la calle, junto con los huevos, todo ello para alejar con el ahínco más grande todo lo malo que pudiera avecinarse, según marca la cacareada tradición, surgió una escena imprevista. Un grupo de los presentes, entre ellos mi hermano, decidieron enumerar alguno de sus planes futuros para el nuevo año que comenzaba. Cierto es que el alcohol, ya sea en mojitos, daiquirís, o en el asqueroso ron llamado chispa de tren, por ser muy malo, ocupaba gran parte de sus fluidos corporales. Ésto precisamente logró como siempre realizar su función deshinibidora y permitir la expresión sin tapujos de todos los que allí compartíamos.
Todos comenzaron a exponer sus mejores deseos y proyectos para el nuevo año sazonados con la música del Reggaetón, Unos decían, tenemos que acabar de ir a casa de Manolo, se ha comprado una tele anoréxica. ¿Cómo? Sí chico, de esas de pantalla plana, y hay que estrenarla viendo un partido de fútbol. Otras estuvieron explicando los modelitos de ropas que soñaban con que sus familiares exiliados les enviarían. Otros que si quiero una o un extranjero para casarme y que me saque del país. Las unas que si los guapos y las guapas, las siliconas y los móviles de última generación que solo veían en revistas que entran clandestinas en el país. Los poseídos por el espíritu de Marinetti que si los coches y motos del año, conocidos de igual modo, solo sobre el papel. Y yo... me sentía... como esos niños de las películas en los que la profe les colocaba en la esquina del aula con un sombrero con orejas de burro. Escuchaba, pero no intervenía, estaba seguro de que tenía sobre mí la poderosa armadura que cual gladiador romano, me protegía de la mediocridad y de la falta de propósitos elevados.
Mientras continuaban hablando y describiendo cada una de sus formas de realización personal, me di cuenta entonces de que el alcohol gobernaba todo mi ser. Fue en ese instante en que inmediatamente cambiando el Cd, sustituí el de reggaetón por el de Joan Sutherland cantando la ópera “Puritani”. Me dirigí a todos y les dije. Lo siento si no lo hago hoy no lo haré durante todo el año. Todos muy enfadados arremetieron contra mí. Mi hermano me cogió por banda. “Eres un amargado, piensas que solo es diversión esa música que no se entiende y encerrarte en tu cuarto con el piano no queriendo recibir a ninguno de tus amigos. ¿Es normal que estés continuamente con eso encima que tú llamas gorrión, y no es más que una depresión de cojones porque no te sale como deseas lo que escribes? Esos estados de ánimo siempre grises porque no te dieron en la zarzuela el papel que esperabas. Tu lo que eres es un amargado”.
Mientras me gritaba pensaba para mí, no le hagas caso tu eres artista, lees a Lezama y a Cabrera Infante, te conmueve el grito de Munch, tu que sufres orgasmos múltiples frente a las marinas de Sorolla. Eres el que se realiza con la creación de un poema o una canción, el que subes y bajas como un termómetro dislocado de estados de ánimos durante todo el día por causa del arte, eres un incomprendido.
Mi hermano, intuyendo que estaba en uno de mis trances, me zarandeó diciendo. “La vida no es solo inventarte historietas, vive la tuya, y deja vivir ¡coño!”, e inmediatamente quitó la música.
Me insistí a mi mismo. No, no hagas caso a esta chusma, no pueden entenderte...
Me asusté mucho y fue entonces que recordé un remedio que me dio el brujo es su día. Yendo a la cocina me hice con uno de los cocos que mi madre guardaba para hacer un dulce cuando pudiera la pobre conseguir un poco de azúcar y empecé a realizar al pie de la letra la ceremonia. Rodaba desesperadamente el duro fruto por toda la casa de atrás hacia delante, intentando recoger la mayor cantidad de influencias negativas que pudiesen encontrarse a mi paso. Al pasar junto al grupo todos me miraron espantados, pero conociéndome lo suficiente, no se atrevieron a dirigirme la palabra. Ignorándolos de igual modo, seguidamente estallé el coco contra la calle para que los maleficios se deshicieran. Tras unos minutos... en el balcón... oyendo las risas de los presentes pensé... Son sin embargo felices... al menos más que yo, creo.
Al día siguiente fui a trabajar, al llegar miré las listas...y....oh Dios...mi nombre estaba, Oh Dios, iría a Mónaco.
¡Bendito Cohete!
Habaguanex

jueves, 3 de marzo de 2011

Juan Mayorga versiona la obra Woyzeck de Büchner


Se estrena el día 11 de marzo en el teatro María Guerrero de Madrid la obra Woyzeck del dramaturgo Georg Büchner. En esta ocasión será una versión de Juan Mayorga y bajo la dirección de Gerardo Vera. Podremos disfrutar de nuevo del soldado Woyzeck que hace de barbero de su capitán y de conejillo de indias para el doctor del regimiento. La obra es considerada como un drama naturalista de impresionante modernidad.





Yo quiero ser artista o famoso


Yo, Aleix Serra me hallaba plácidamente en mi despacho sin saber que artículo escribir para el blog de crítica teatral. Mientras a través de la ventana veía caer los copos de nieve que estaban invadiendo la ciudad. Los coches blancos parecían muñecos de nieve gigantes. Los niños jugaban a lanzarse bolas, las risas invadían las calles tristes de cada día.
Como ya he comentado estaba sin saber que redactar, cuando de repente llaman al timbre y me dispongo abrir la puerta. La sorpresa fue que en la entrada me encontré con una bella muchacha que deseaba hablar conmigo. Vestía con una falda muy corta y un escote que incluso yo no puede evitar mirarlo. Le hice pasar y con sus finos y largos tacones se introdujo hacia mi despacho. La joven con una voz muy fina me dijo:

  • ¿Es usted Aleix Serra?
  • ¿Qué desea señorita?
  • Vengo en busca de su ayuda.
  • (Asombrado) ¿Qué necesita?
  • Un buen amigo suyo me ha hablado de usted... Necesito que me haga un favor.
  • Si está dentro de mi alcance se lo haré.
  • Yo soy una mujer que...
  • Prosiga.
  • Quiero ser artista.
  • Eso es bueno.
  • Necesito conocer algún manager.
  • Ya entiendo.
  • ¿Podrá ayudarme?
  • Permítame primero hacerle unas preguntas para saber que tipo de artista desea ser usted.
  • A mí personalmente me gusta la televisión o el cine.
  • Me parece correcto... Entonces, ¿desea ser actriz?
  • Sí.
  • ¿Habrá estudiado interpretación?
  • De pequeña en el colegio hice una obra de teatro.
  • ¿Qué obra hizo?
  • La Bella durmiente.
  • ¡Un clásico!
  • Sí hacia de bella.
  • Papel protagonista.
  • Con ese personaje me di cuenta que debía dedicarme a esto.
  • ¿Sabrá usted quien es Stanislasvki?
  • ¿Un hombre de teatro?
  • Tendrá usted que saber los diferentes métodos de interpretación. Así luego seleccionar el suyo.
  • No es necesario eso lo me sale de dentro. Si quiere se lo demuestro.
  • No, tranquila. Le creo. ¿Tendrá usted estudios?
  • Por supuesto. He ido al colegio.
  • Entonces usted leerá bien y pronunciará perfectamente todas las palabras.
  • Sí señor.
  • ¿Sabrá idiomas?... ¿Inglés?
  • No señor.
  • No se preocupe siempre hay traductores. ¿Se habrá preparado usted ante una cámara?
  • Bueno delante del espejo hago maravillas. Y si en el espejo salgo maravillosamente, ante una cámara, me la como.
  • Estará usted dispuesta hacerse algunos retoques.
  • Sí. De momento ya me he puesto pecho.
  • Ya veo, le que da muy bien.
  • Gracias.
  • Sabrá usted que es complicado afrontarse a la prensa.
  • Claro. Además estoy practicando... ¡Fotos no!... ¡A mis abogados, gracias!
  • Tendrá que elegir que tipo de personaje será.
  • Si colaboro en un programa de televisión, con gritar y decir que tal persona se ha costado con otra. Sería suficiente.
  • ¿Usted se acostaría con algún famoso?
  • Sí. Y si es un torero mejor. Los toreros te hacen ganar más dinero.
  • ¿Vendería la vida de cualquier persona cercana?
  • Por supuesto, cuando una quiere algo debe de hacer sacrificios.
  • ¿Qué más sería usted capaz de hacer?
  • Vendería mi alma al diablo.
  • Personalmente usted llegará muy lejos. En el mundo de la televisión mujeres como usted tienen las puertas abiertas para el éxito. Desde mi discreta opinión la fama le espera detrás de esa puesta. Continúe así que conseguirá sus objetivos. Así que usted conseguirá ser una gran famosa.
Con una sonrisa en la boca mi querida famosa se marchó al decirle que le recomendaría a todo el mundo que yo conocía.


(Basado en el artículo de Larra Yo quiero ser cómico)


miércoles, 2 de marzo de 2011

La imagen como eje central de la modernidad



Aby Warburg. La imagen como eje central de la modernidad

Habaguanex

El edificio Nouvele auditorio 400 del Museo Reina Sofía de Madrid, abrirá sus puertas el próximo 4 y 5 de Marzo a las 10 am a prestigiosos conferenciantes. Entre los participantes se encontrarán catedráticos, historiadores, museólogos y grandes personalidades autorizadas en la temática y estudio de la imagen. Este ciclo de conferencias girará en torno al legado intelectual del gran historiador y renovador de la historia del arte, además de creador de una auténtica ciencia en este campo, el alemán Aby Warburg. Éste se valió de todo tipo de fuentes, científicas, religiosas, mágicas, literarias y cuantas estuvieran a su alcance, para estudiar todo tipo de imágenes, sobretodo las artísticas. El fin de estas excepcionales intervenciones, será debatir los ecos y vigencias del proyecto de Warburg en el conocimiento y la interpretación crítica de la cultura visual contemporánea

Warburg considerado el creador de la mayor y más importante biblioteca sobre temas iconográficos, trasladó la misma a la ciudad de Londres con el fin de salvaguardarla de la destrucción nazi . En su obra más importante Atlas Mnemosyne (Memoria, madre de las musas), trata de como una imagen se convierte en símbolo y pasa de un medio a otro. Del literario al pictórico, al cinematográfico, al teatral y viceversa. Las conclusiones que arrojarán estas conferencias, serán un motivo ineludible para que asistamos a la más importante sede del arte contemporáneo de Madrid.

Habaguanex