El uno de Marzo, a la una del mediodía, entró Jorge Saura en el aula 0.21 de la RESAD para mantener con los alumnos de la asignatura Análisis de Textos II, impartida por Juan Antonio Vizcaíno, un coloquio sobre la obra de A. P. Chéjov.
Teniendo como punto de partida y excusa el análisis de Tío Vania, el profesor del departamento de dirección escénica realizó un lúcido comentario del conjunto de la obra dramática del autor ruso, intercalando sus intervenciones más analíticas con anécdotas más personales de la vida del escritor y su propia experiencia personal, como estudiante en Rusia y traductor.
Resaltó de la obra del dramaturgo la importancia del tiempo como personaje en sus dos acepciones -el paso de las horas y el clima-, la importancia de los detalles -pequeñas pinceladas nos dicen la época o el lugar en el que transcurre la acción-, la importancia de la atmósfera y del espacio sonoro -las obras de Chéjov están llenas de objetos que producen sonidos-, de las acotaciones y los silencios.
A Chéjov le interesaban los comportamientos humanos, no la crítica social; de ahí la importancia de todos los pequeños elementos de sus obras. Para terminar, Jorge Saura, dibujó un pequeño esquema de la influencia del ruso en la dramaturgia posterior, fijándolo como un autor de teatro del absurdo avant la lettre, con ejemplos entresacados de su obra El huerto de los cerezos y la exigencia de Chéjov por llevar a escena la obra tal y como el la había imaginado en su escritorio, de una manera parecida a lo que más tarde hará Samuel Beckett.
Los alumnos de segundo de dramaturgia de la RESAD pudieron disfrutar y aprender de las palabras de Jorge Saura y así, abrir nuevas vías para la reflexión de las obras chéjovianas.
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