Yo, Aleix Serra me hallaba plácidamente en mi despacho sin saber que artículo escribir para el blog de crítica teatral. Mientras a través de la ventana veía caer los copos de nieve que estaban invadiendo la ciudad. Los coches blancos parecían muñecos de nieve gigantes. Los niños jugaban a lanzarse bolas, las risas invadían las calles tristes de cada día.
Como ya he comentado estaba sin saber que redactar, cuando de repente llaman al timbre y me dispongo abrir la puerta. La sorpresa fue que en la entrada me encontré con una bella muchacha que deseaba hablar conmigo. Vestía con una falda muy corta y un escote que incluso yo no puede evitar mirarlo. Le hice pasar y con sus finos y largos tacones se introdujo hacia mi despacho. La joven con una voz muy fina me dijo:
- ¿Es usted Aleix Serra?
- ¿Qué desea señorita?
- Vengo en busca de su ayuda.
- (Asombrado) ¿Qué necesita?
- Un buen amigo suyo me ha hablado de usted... Necesito que me haga un favor.
- Si está dentro de mi alcance se lo haré.
- Yo soy una mujer que...
- Prosiga.
- Quiero ser artista.
- Eso es bueno.
- Necesito conocer algún manager.
- Ya entiendo.
- ¿Podrá ayudarme?
- Permítame primero hacerle unas preguntas para saber que tipo de artista desea ser usted.
- A mí personalmente me gusta la televisión o el cine.
- Me parece correcto... Entonces, ¿desea ser actriz?
- Sí.
- ¿Habrá estudiado interpretación?
- De pequeña en el colegio hice una obra de teatro.
- ¿Qué obra hizo?
- La Bella durmiente.
- ¡Un clásico!
- Sí hacia de bella.
- Papel protagonista.
- Con ese personaje me di cuenta que debía dedicarme a esto.
- ¿Sabrá usted quien es Stanislasvki?
- ¿Un hombre de teatro?
- Tendrá usted que saber los diferentes métodos de interpretación. Así luego seleccionar el suyo.
- No es necesario eso lo me sale de dentro. Si quiere se lo demuestro.
- No, tranquila. Le creo. ¿Tendrá usted estudios?
- Por supuesto. He ido al colegio.
- Entonces usted leerá bien y pronunciará perfectamente todas las palabras.
- Sí señor.
- ¿Sabrá idiomas?... ¿Inglés?
- No señor.
- No se preocupe siempre hay traductores. ¿Se habrá preparado usted ante una cámara?
- Bueno delante del espejo hago maravillas. Y si en el espejo salgo maravillosamente, ante una cámara, me la como.
- Estará usted dispuesta hacerse algunos retoques.
- Sí. De momento ya me he puesto pecho.
- Ya veo, le que da muy bien.
- Gracias.
- Sabrá usted que es complicado afrontarse a la prensa.
- Claro. Además estoy practicando... ¡Fotos no!... ¡A mis abogados, gracias!
- Tendrá que elegir que tipo de personaje será.
- Si colaboro en un programa de televisión, con gritar y decir que tal persona se ha costado con otra. Sería suficiente.
- ¿Usted se acostaría con algún famoso?
- Sí. Y si es un torero mejor. Los toreros te hacen ganar más dinero.
- ¿Vendería la vida de cualquier persona cercana?
- Por supuesto, cuando una quiere algo debe de hacer sacrificios.
- ¿Qué más sería usted capaz de hacer?
- Vendería mi alma al diablo.
- Personalmente usted llegará muy lejos. En el mundo de la televisión mujeres como usted tienen las puertas abiertas para el éxito. Desde mi discreta opinión la fama le espera detrás de esa puesta. Continúe así que conseguirá sus objetivos. Así que usted conseguirá ser una gran famosa.
Con una sonrisa en la boca mi querida famosa se marchó al decirle que le recomendaría a todo el mundo que yo conocía.
(Basado en el artículo de Larra Yo quiero ser cómico)
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