«Elegí destierrolandia y tengo la suerte de ser tuberculoso», dice Fernando Arrabal como carta de presentación. Visita Madrid para inaugurar el Festival Eñe, un encuentro cultural que arranca con su pregón desde la atalaya surrealista. «Vengo a hablar de la lista de los cien personajes más influyentes del mundo según ‘‘The New York Times’’. ¿Sabe cuántos proceden del mundo de la cultura? Cero». Arrabal asume que su amigo Kundera «no le interesa a nadie en absoluto». «Todo está dictado por el santuario de la Bolsa, que es un lugar misterioso donde el dinero se transforma en dinero», suelta como una metralleta.
Señor Arrabal, una pausa. ¿Qué lugar ocupa la creación artística en la sociedad actual? «Porque es la misma que la científica», dice, y mira por la ventana antes de citar al matemático Mandelbrot y su preocupación por medir el volumen de una nube. «Lo consiguió y cambió la forma de comprender el mundo. Los creadores estamos en las catacumbas. Y por eso vengo, para decir que los nombres de la lista del ‘‘New York Times’’ incluyen a Lady Gaga, Didier Drogba y Bill Clinton, pero no a los que quieren hacer un mundo mejor, cambiar la forma de pensar». Para el dramaturgo, la cantante es sólo «un producto de la confusión», y en cambio defiende a los escritores que «están en otro lugar, y no escriben para ganar dinero. Pero se les llama provocadores, se les silencia». Y funciona, porque el autor de «La hija de King Kong» vio el final de creadores como Beckett, Duchamp o Ionesco, que murieron «en la miseria».
A pesar de todo, la crisis económica «no le interesa en absoluto. Tengo una tarjeta de invalidez». Pero sigue escribiendo. Ahora un «Tractatus filosófico del arte y del buque emisario» que pronuncia silabeando y levantando la barbilla. «Creo que existe en el mundo una serie de emisarios y yo soy el de España», asegura. ¿Su vida es su mejor obra de arte? «Si alguien la escribe, podría ser... La vida me ha dado una biografía...». Dice que no escribirá sus memorias «a pesar de que mi relación con Warhol, Dalí, Breton, Burgbeois... no fue normal, sino especial, fue científica».
Dios está demostrado
Sin saber cómo, termina hablando de Dios. «Para mí su existencia está demostrada desde el día en que Bobby Fischer se sentó a jugar al ajedrez en Reykyavik contra Spassky y el mundo comunista y ateo. Y ganó. Y entonces le preguntaron: ‘‘Señor Fischer ¿si jugara frente a Dios?’’. Y él contesta: ‘‘Bueno, él juega divinamente... Si jugara contra él, alcanzaría las tablas si llevara las blancas». Por último, queda España. «No me siento rechazado. Felizmente no soy responsable de ella ni ella de mí. Nací en Marruecos pero tengo la nacionalidad española y he rechazado la doble nacionalidad francesa. Soy ajeno», termina.
Más de un centenar de autores
A pesar de que la cultura «no le importa a nadie» según Arrabal, el Festival que inauguró tiene un intenso calendario de actividades.
- Escritores como Ricardo Menéndez Salmón, Rafael Chirbes, Rodrigo Fresán, Manuel Vilas, Luis García Montero o Patricio Pron de una lista del centenar.
- Además, actividades que van desde la convencional conferencia al torneo de billar y ajedrez, mesas redondas, encuentros interactivos, charlas, performances, un maratón de poesía, firmas, talleres exprés y concurso de relatos. Para ver la agenda, www.revistaparaleer.com/festival-ene
Modelo de entrevista reportajeada.
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