-La eternidad en cinco lineas o el perfil condensado-
Antecedente del arte callejero, Arthur Stace pasó una dura infancia en Sydney que le llevó a convertirse en alcohólico y delincuente. En 1930, asistió a una homilía evangélica a cargo del pastor J. G. Ridley y descubrió su misión en la vida. Desde ese momento, escribió más de medio millón de veces la palabra Eternity por las calles de Sydney. Nunca buscó la fama, pero encontró la eternidad. Hoy, monumentos, documentales y óperas mantienen viva su memoria.
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Irene Ochoa
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