lunes, 31 de enero de 2011

Dos artículos de especial interés sobre Larra

Ilustración y nihilismo en los artículos de Larra.
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La reescritura de Madrid: de Mesonero Romanos a 
Ramón Gómez de la Serna.
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ZIGMAT




Segunda versión “Sola en el bosque”

La obra encarnada por la dramaturga y actriz Silvina Rodríguez se estrena en Madrid.



Alguien asesinó violentamente a caperucita. Cada uno de los sospechosos, interpretados por Silvina Rodríguez, nos contará su versión del asesinato el viernes 7 de enero a las 20:30 horas, en el teatro la Usina de Madrid.


La artista que lleva diez años afincada en Madrid estrenará su tercer trabajo en solitario que considera “más maduro”। En esta tragicomedia Rodríguez hace una reflexión de su vida y profesión no exenta de la crítica mordaz a los medios de comunicación y a ese sector de la sociedad que de alguna manera inculpa a la mujer de ser la provocadora ante cualquier situación de abuso sexual.


La otra caperucita

Bajo la mítica estructura del Rashomon de Akira Kurosawa, la autora nos cuenta su versión del cuento. Hablan; la muerta, una amiga, su novio, una religiosa y un inspector pero, ¿Quién dice la verdad? Una actriz que no siente nada y una conferenciante que plantea la importancia esquema aristotélico para creación de la fábula, constituyen los otros planos que componen la estructura de este complejo y original relato puzzle, creado y puesto en escena por la actriz y dramaturga argentina.



“Al principio quería contar algo que tuviera que ver con la violencia, pero después decidí trabajar desde cero, sola y con una múसिका- comenta Silvina- “Así surgió la actriz que no puede emocionarse en busca de una técnica perfecta, es una reflexión de mis veinte años en el teatro”- apunta Silvina Rodríguez

La actriz afronta un trabajo íntimo que resuelve con todas las herramientas adquiridas en su extensa trayectoria. La interpretación ironiza sobre la violencia de género desde una perspectiva inteligente.

Forofa de Chandler y Hammett la autora filtra en su creación elementos del policial y la novela negra americana, aludiendo a los cuentos clásicos con una enorme dosis de humor “Veo los cuentos infantiles como muy siniestros, hice una mezcla de caperucita y Dalia Negra y como conexión surgió la voz crítica-apunta Silvina Rodríguez- “al estar sola hice caso a todas las voces que estaban en mi cabeza”।

Las historias hablan de la soledad। Un artista ante la incertidumbre de la creación, la duda y el temor de la opinión pública. El juicio de los otros. Análoga a esta, la soledad de Caperucita, que decide hace algo diferente al resto de la sociedad y por ese acto de libertad es cruelmente castigada.

“Surge la crítica social, como los medios hacen un tratamiento amarillista de estos hechos violentos”-comenta la actriz- Sola en el bosque habla del precio que tiene que pagar una mujer que elige algo diferente y como asume esas consecuencias a pesar de todo”। ÁNGEL DE AZA.
“Sola en el bosque” de Silvina Rodríguez. Viernes 7, 14, 21 y 28 de enero 2011, 20:30 hs. Sala la Usina, calle Embajadores 4.Madrid. Entradas 12 Euros.

"Memorias de Colombine" Homenaje a Larra

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Discurso en honor a Fígaro y "Por qué no escribo para el teatro" R. G. de la Serna.


- Ramón en su banquete romántico celebrado en el Café Pombo. Pincha en la imagen para acceder al discurso que Gómez de la Serna leyó en el homenaje a Larra
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- Pincha en la imagen para acceder a un fragmento del artículo Por qué no escribo para el teatro de R. G. de la Serna -

Greguería


Al levantarse el telón viene del escenario un viento frío, como del otro mundo, del mundo de la inmortalidad de los grandes repertorios.

Ramón Gómez de la Serna

domingo, 30 de enero de 2011

¿Quién es el público y dónde se encuentra? -ANÁLISIS-

Mariano José de Larra



Artículo aparecido el 17 de agosto de 1832 en El Pobrecito Hablador, revista satírica de costumbres.

ESTRUCTURA


  1. Presentación del autor y justificación del tema.
  2. El tema en cuestión es de naturaleza problemática y requiere una solución.
  3. Descripción de hábitos populares/colectivos. Recorrido de los personajes por las avenidas, café y teatro.
  4. Una Conclusión que se podría sintetizar en: Siendo el público “injusto y parcial”, “maligno y mal pensado”, “rutinario y novelero”, se le utiliza interesadamente como “el pretexto , el tapador de los fines particulares de cada uno”.


ESTILO


«¿Qué alicientes traen al público a comer a las fondas de Madrid?». Y me contesto: «El público gusta de comer mal, de beber peor, y aborrece el agrado, el aseo y la hermosura del local». Desdoblamiento discursivo, por un lado la creación de un locutor ingenuo y bobalicón y por otro la mirada de un autor serio y cabal. Ambas formas planean sobre todo el artículo en pro de la ironía, por tanto, de la evaluación crítica del público. El contraste de ambos locutores favorecen la dinamicidad del texto. Mordaz, incisivo y tajante.


Y en todas partes muchos majaderos, que no entienden de nada, disputan de todo” y que, “por lo regular siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular”. Larra manifiesta su acritud y misantropía a través de la observación de la masa como un grupo conglomerado de personas con casi (o ninguna) diferencia entre sí ya que el pensamiento individual se disuelve en una tontuna colectiva.

Y esa opinión pública tan respetable, hija suya sin duda, ¿será acaso la misma que tantas veces suele estar en contradicción hasta con las leyes y con la justicia? ¿Será la que condena a vilipendio eterno al hombre juicioso que rehúsa salir al campo a verter su sangre por el capricho o la imprudencia de otro, que acaso vale menos que él? ¿Será la que en el teatro y en la sociedad se mofa de los acreedores en obsequio de los tramposos, y marca con oprobio la existencia y el nombre del marido que tiene la desgracia de tener una loca u otra cosa peor por mujer? ¿Será la que acata y ensalza al que roba mucho con los nombres de señor o de héroe, y sanciona la muerte infamante del que roba poco? ¿Será la que fija el crimen en la cantidad, la que pone el honor del hombre en el temperamento de su consorte, y la razón en la punta incierta de un hierro afilado?”


¿En qué consiste, pues, que para granjear la opinión de ese público se quema las cejas toda su vida sobre su bufete el estudioso e infatigable escritor, y pasa sus días manoteando y gesticulando el actor incansable? ¿En qué consiste que se expone a la muerte por merecer sus elogios el militar arrojado?¿En qué se fundan tantos sacrificios que se hacen por la fama que de él se espera?” Ejemplos del procedimiento de preguntar a un interlocutor que al parecer también estaban presentes en el artículo del escritor francés Jouy.


ZIGMAT

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"El público está en la calle"

[Artículo excindido, o sea mutilado. Maison Derrière]

Yo vengo a ser una suma de tópicos, casi todos ciertos. Algunos están a flor de piel (por razones obvias no los voy a enumerar ya que ustedes son mucho mas observadores que yo y ya se habrán dado cuenta de lo que estoy hablando), otros son la máscara que utilizo para defenderme en las luchas del día a día e incluso otros me los han "encasquetado" (perdonen la expresión), sin tener opción al rechazo  de la etiqueta en cuestión.  Y ahora ademas me veo en la tesitura de emular  a Don Mariano (Larra,  no Rajoy, de momento este último por muy señor que sea no se merece el "Don") como si fuera yo, pobre de mi, un periodista con ambiciones literarias que cree en el poder de la palabra para cambiar  la sociedad.   

El tema que ocupa este artículo no es precisamente el de exponer mis aventuras y desventuras en la capital o esa jungla de hormigón en la que el asfalto arde cuando el mercurio alcanzá niveles estratosféricos, pongamos que hablo de Madrid, sino mas bien de dilucidar como se comporta el público en pleno S.XXI en una ciudad como esta, tan particular como cualquier otra. Villa y corte del estado español  se erige como el faro cultural de una península que, entre unas cosas y otras, se ha visto condenada al ostracismo durante algunos años. Hoy se presenta como una ciudad abierta, cosmopolita y llamada a ser el centro cultural del sur de Europa. Crisol de culturas, ha vivido un cambio muy significativo en los últimos años. Barrios enteros han modificado su fisonomía para dar cabida a vecinos venidos de los lugares más recónditos del mundo. Un nuevo público que encuentra en Madrid un escenario perfecto. ¿Quién es el público y dónde se encuentra?. No me tachen de oportunista al intentar dar respuesta a una cuestión tan elevada.  Si tuviera que apostar por una hipótesis diría algo así como: "El público es diverso y está en la calle".  La Gran Vía ya no se alfombra con cláveles sino con el azul corporativo de Telefónica (hoy por  hoy se conoce con el nombre de Movistar) para enmoquetar el asfalto de tan célebre calle.  

  • ¿Cuándo se realiza la "Noche en Blanco"?
  • Es el próximo sábado. Aunque los últimos años se ha transformado en un macro-botellón patrocinado por el Ayuntamiento.
  • No seas exagerado, en Madrid, siempre se ha bebido en la calle.
  • ¿Es una noche para la cultura? ¿O el oktoberfest ibérico?

Ahora la concejala de Medio Ambiente,  Ana Botella, abre un expediente de investigación contra los organizadores del Orgullo Gay de Madrid por superar los niveles de ruido “de manera alarmante”. Acaso, ¿no se da la misma problemática en otras fiestas populares de la capital?, ¿Por qué no abrir un expediente contra las fiestas de San Isidro o a la anteriormente mencionada “Noche en Blanco”?. Será cuestión de perspectiva,  y como no, de tradición. La tradición, en determinados casos, es una gran losa que impide el movimiento,y por tanto, el cambio. Y ahora que me tachen de "progre".  Una etiqueta mas no me hará daño.  ¿He vuelto a hablar de mi y ni tan siquiera me he dado cuenta?, ¿soy consciente de todo lo que se puede volcar en un artículo como este?.  Ya se lo que quería  escribir, un artículo de hondo calado político y social, que removiera alguna que otra conciencia.  ¡Vaya meta!. Y eso que esto no es una carrera de fondo. 

El público, en general, disfruta con toda una serie de entretenimientos. Fútbol, toros, cine, televisión, moda... Edades, sexo o gustos son algunas de las categorías en las que se divide esta “masa”. Un target  al que van destinados una serie de productos diseñados para su disfrute sin que implique una reflexión posterior (cosa que no contempla un sistema que por momentos se tambalea, o eso creemos, aunque últimamente en la TV no paren de repetir palabras como "libertad", "pueblo" o "victoria"). Los madridistas llenan cada domingo religiosamente el Santiago Bernabeú, los colchoneros hacen lo propio en el Vicente Calderón o los amantes de los mercadillos encuentran en el Rastro el lugar perfecto para su redención. 

Hoy más que nunca “la masa” está viva.  Ente informe sin  consistencia concreta capaz de generar cambio, ¿no?. La masa puede hacer que un concursante de operación triunfo abandone su sueño o  que ideas conservadoras y tradicionales estén de rabiosa actualidad.  ¿Qué hacer?. Por lo que a mi respecta esta noche iré de etiqueta. 





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Homenaje a Larra



Vídeo en el que podemos observar un homenaje realizado al célebre escritor Mariano José de Larra en el cual, Alfredo Amestoy le dedica un padrenuestro laico al Pobrecito Hablador.


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La fiesta del indio -segunda versión-


Mestizaje más allá de la frontera




El próximo 31 de enero en la sala Valle Inclán de la RESAD se estrenará la fiesta del indio, primera parte de una trilogía a medio camino de América Latina y Madrid. La conexión entre México y España se ve reflejada en el joven director del espectáculo, Aristeo Mora. Un trabajo realizado junto a la dramaturga Cecilia Güelfi. “Es una trilogía que queremos escribir y montar en tres partes distintas: La primera parte en Madrid, la segunda en Guadalajara (México) y la tercera en Argentina,” comenta Aristeo Mora. “La primera parte es mi proyecto personal”, añade el director.

La primera parte de esta trilogía, la fiesta del indio, es una historia articulada en torno a 21 monólogos y dos escenas que a modo de paisaje escénico reconstruye la historia de la desaparición de “Mariana”. Las relaciones que se establecen entre los veintisiete personajes configuran un cruce de miradas sobre ese lugar común que es “Mariana”.

Las difusas fronteras con las que se enfrenta el arte contemporáneo confluyen en esta pieza como ejemplo de la filosofía que impregna todo el espectáculo. “Es imposible existir, todo es un continúo fluir,” dice Aristeo. “No existo, realmente, si me construyo a partir de esta idea, de ahí la importancia de la mirada del otro,” agrega Aristeo. La obra de escritores como Octavio Paz o el trabajo de diseñadores como Viktor&Rolf o cineastas como David Lychn impregnan los elementos de esta obra que indaga los límites de la identidad.

Cecilia me había comentado en las primeras reuniones que ella quería construir un personaje del que se hablará, que fuera una mujer estéril y sin una identidad formada,” dice el director. “Cuando yo le enseñe el pictograma, Cecilia decidió que ese personaje estaría construido por los testimonios de otros, nunca aparecería en escena. Mariana es la suma de un montón de miradas de diferentes personajes,” explica el director.

Todo está en proceso. Cada aspecto de este espectáculo está en continúo cambio, no hay nada definitivo, ni tan siquiera el texto. Una suma de vivencias con aspiraciones transatlánticas que encuentran en la escena un “arte total” que recoge la mirada de otras disciplinas, en pro de dar voz a creadores que se mueven en los límites. La fiesta del indio estará en la sala A desde el 31 de enero al 4 de febrero.



ZIGMAT

sábado, 29 de enero de 2011

La fiesta del indio

¿Quién nos construye?
Se estrena La fiesta del indio, de las múltiples identidades –dentro y fuera–
El jueves 3 de Febrero se estrena el montaje La fiesta del indio, en la sala Valle Inclán de la Resad, con dramaturgia de Cecilia Guelfi y dirección de Aristeo Mora. Podremos verlo también el viernes 4 y habrá dos pases por cada día: a las 12 y  a las 18:30. Este trabajo afronta la construcción de la personalidad e investiga sobre la creación.
  Escritora y director mantienen una colaboración constante, ya que están experimentando sobre el mismo escenario. “La dramaturga está todo el tiempo en escena, trabajando con sus personajes. Así que te puedes preguntar ¿qué relación tiene la autora con sus personajes?”, comenta Aristeo sobre su compañera. “Cecilia toma el material que va viendo en los ensayos para que el texto se enriquezca. Ella escribe todo, luego lo reescribe a partir de lo que surge y así se va sumando al texto”.
Identidad y arquitectura
La propuesta tiene mucho de meta teatral, ya que nos muestra parte del proceso, la estructura, los hilos, los mecanismos de formación de los carácteres. Pero el tema del que se ocupa va mucho más allá del mero juego formal, es actual, atrevido, filosófico. El personaje central no aparece, su identidad se forma por la palabra y el gesto de los otros. “Va de cómo te construyen y como construyes al otro; y que responsabilidad conlleva eso”, declara Aristeo.
  En cuanto al método de trabajo, han empleado técnicas que provienen de la arquitectura. “El sistema que utilizamos funciona a partir de reglas muy simples que crean comportamientos complejos”, señala el director. “Un arquitecto elige trabajar con formas como pentágonos, hexágonos, cuadrados, triángulos o lo que elija, y luego a partir de reglas de isométrica va viendo si las va a doblar, torcer, unir… y eso da como resultado un edificio. Utilizamos un sistema similar pero para teatro”.
  Los creadores planean continuar con el proyecto y probar sus particularidades en otras latitudes: ahora es España, luego México y después Argentina. Quieren mostrar la influencia de cada idiosincrasia en la conformación de las identidades. “Cecilia está abierta a que sucedan más cosas con el personaje. Y hay muchos otros personajes que puede ser que en México se retomen y de ahí salga otra parte de la trilogía.”, concluye el director del montaje.
Fabricio Barreiro

jueves, 27 de enero de 2011

Cambio de propósito. Versión de "Mi nombre y mis propósitos" de Larra



La otra noche la pasé viendo ese nuevo Reality Show en TV. Por su puesto, tenía que escribir un artículo y una antecrítica. Sin embargo -y estarán todos de acuerdo conmigo- que es más importante: ¿El trabajo o el ocio?
Años atrás había elegido está carrera por un deseo incontrolable de hablar y contar esa historia que nunca nadie realizó. Ser un crítico y no dejar que nadie sea conducido por un camino diferente al mío. Era el elegido y eso debía de enseñar. Pero ser un “criticón” al final fue distinto. Ver teatro: mi pasión; disfrutar de las nuevas y viejas historias: todo a la basura. El calor desapareció. Mis trabajos no eran aceptados y las obras que escribía, nadie las levantaba. La luz se apagaba. El agobio y el cansancio pronto me cercaron. Conclusión: no quiero salir de casa.
Según mi madre, estaba caminando por un pésimo sendero y así me lo recordaba por teléfono:
- Hijo, tiene que salir a pasear, ve al teatro, al menos baja al bar y conversa con la gente. No tienes amigos. No puedes vivir así.
- Tengo trabajo.- Respondía con falso entusiasmo y esperando mí despido.
- Pero tampoco tienes novia.
- No empieces, mamá- Pero ella comenzaba, hablaba y hablaba. Yo terminaba en la cocina preparándome un bocadillo, el auricular sobre la almohada y ella, mi pobre madre, habla que habla.
Pero la muy santa, tenía razón. Vivía en un vacío. Ni siquiera las deudas llamaban a mi puerta. No tenía amigos ni pareja. Estaba solo. Sin embargo, no me sentía así. Hace una semana había descubierto un mundo nuevo y fácil: me había comprado un televisor. Desde ahora, mi único y gran trabajo: ejercitar el dedo del mando.
¡Adiós, que descanses en paz, mi buen amigo teatro! Bienvenido, mi gran televisor de plasma.
Con mi nueva televisión LCD, podía saciarme de todo lo que me interesaba. Ver fútbol, comedias y dramas. No necesitaba de ningún espíritu humano. Engordaría y bebería todo el maldito día. Nada nunca llenaría mi vida como tú: Mi bella pantalla de 32 pulgadas.
Pero anoche, viendo ese capitulo del reality, mi vida con su objetivo cambió. Ese chico que no sé cómo se llama y que es el “malo” de la casa-estudio se quedó solo. Solo… al igual que yo. Lo observé vagar por las habitaciones, de fondo sonaba una triste canción. Sus compañeros le negaban la palabra por esa broma que les hizo. Y él deambulaba sin compañía. No se dan cuenta esos subnormales que nosotros somos juguetones y que no le queremos hacer daño a nadie. Al final el chico encontró una cámara y se dirigió a mí en privado:
- Tú me comprendes.- Y estaba muy compungido, pero como un valiente continúo – lo que hice fue una broma. La pimienta no es tan mala para la digestión… toda esa gente son un grupo de histéricos.
El joven le dio un manotazo a la cámara, siguió su camino al patio y encendió un cigarrillo. Yo también encendí el mío.
No necesitamos amigos que nos quieran. Él tenía su cámara y yo mi televisor. El amor comprendido es el que se le da a un objeto. Una lágrima cayó por mi mejilla. Cuando tuve los ojos secos habían aparecido los anuncios. Un buen momento para cambiar de canal. Aquí siempre se puede cambiar, cambiar a un lugar mejor.
La naturaleza se volvió imagen: Discovery Chanel. Mucho mejor que contar ovejas. Pronto me iría a dormir. Una idílica imagen: un ciervo bebiendo agua en un río. Atardecía y sus rayos se reflejaban en el agua. Eso era vida, así quiero la mía. Sin embargo, una bestia apareció escondida entre la belleza. Abrió sus fauces y de una bocanada hizo desaparecer a mi nuevo amigo. Ese cocodrilo me quitó el sueño, pero me dio la respuesta que yo no había solicitado.
Ugrumov- pensé de inmediato- qué haces creando tamaño desfile de estupideces para con tú vida. Deja de lado tú sentido del humor o te quedaras solo. Pero ten cuidado no seas ingenuo, si lo haces esas bestias te comerán.
¡Levántate y anda, Ugrumov!
Por la mañana le revendí el televisor a mi madre. El dinero lo utilice para abonarme al Maria Guerrero. Ahora tengo energías y no tendré recaída No soy un genio, pero si sé trabajar. Ninguno de vosotros puede decir lo contrario. Así que con cuidado, no quiero ver a nadie holgazaneando.

P. Ugrumov

El hombre pone y Dios dispone, o lo que ha de ser el periodista


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Muestras y antecríticas


Saladina Jota: Aleix Serra
Iñaqui Oliver: Ani Olvido Praderas / Juana Galgo Vereda
Felix Estaire: Ángel de Aza

Antonio Lafuente: Irene Ochoa
Alejandra Venturini: P. Ugrumov
Diana Cristobal: Habaguanex

Carlos Contreras: Zigmat
Ricardo Salamanca: Fabricio Barreiro
Javier Pastor: P. Urgrumov
Sandra Dominique: Irol de la Zaera

Dos artículos recomendados por Irol de la Zaera

- La generación unipersonal de Gómez de la Serna. García de la Concha -




- La influencia del futurismo en España. Mancebo Roca - 


miércoles, 26 de enero de 2011

Ópera para todos

Ópera para todos en Madrid

Habaguanex



El escenario del Teatro de Madrid en La Vaguada, se transformará durante cuatro días en la ciudad nipona de Nagasaki. Tal como lo concibieron el gran compositor italiano Giacomo Puccini y su libretista Giuseppe Giacosa, los personajes de una de sus óperas más famosas: Madama Buterfly, cobrarán vida, trayéndonos consigo el desgarrador viaje vital de la joven Cio cio san.
La difícil partitura musical y actoral, presenta exigencias de gran desdoble para su protagonista. Ya en los orígenes de esta ópera, sus autores advirtieron que se necesitarían tres intérpretes diferentes condensadas en una, para poder abordar a la Geisha quinceañera de la primera etapa, a la mujer madura de la segunda, y a la desgarrada madre traicionada del acto final.
Contar para esta empresa con la artista capaz de tranformarse de manera feliz en este rol, es realmente una gran suerte. Transmitir con fidelidad la etapa cándida propia de una adolescente, adecuada para una voz de soprano lírica y más tarde la dureza de una mujer y madre vapuleada por el dolor, idónea para una soprano dramática, se convierte muchas veces en un verdadero escollo, y en la consecuente imposibilidad de llevar a escena esta obra.

La compañía Estudio Lírico de Madrid lo ha conseguido, Yanat Vannat y Dolores Granados serán las encargadas de traer nuevamente a la vida a Buterfly. A partir del 27 de Enero y hasta el domingo 30 del 2011, será cuando nuestra ciudad podrá contemplar el mágico aleteo de esta pieza romántica por excelencia, en la que sus autores volcaron las pasiones más profundas que mueven al ser humano.

La conducción musical estará bajo la experiencia del director brasileño Sergio Cullman, frente a la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, y al coro titular de la compañía. A su vez la dirección escénica recaerá sobre un artista de la casa, el español Jesús Cordón. Entre otros, los personajes principales serán defendidos por Houari López, Pinkertón (Tenor), Yelena Lafargue, Suzuki (Mezzosoprano) Carlos Andrade, Sharples (Barítono) Ángel Walter, Goro (Tenor)

Ramón Gómez de la Serna

Poema A La Memoria Desgraciada Del Joven Literato D. Mariano José De Larra de José Zorrilla


Larra se suicidó el 13 de Febrero de 1837; al día siguiente fue su cadáver conducido al cementerio de la Puerta de Fuencarral. Al entierro asistió una gran parte de la intelectualidad
madrileña, entre ellos Nicomedes Pastor Díaz, que será quien describa con mayor fidelidad el
suceso. Su crónica de aquel día y extravagante momento formará parte del prólogo con el que
Zorrilla encabezará su primer tomo de Poesías, publicado ya ese mismo año.

Era una tarde de febrero. Un carro fúnebre caminaba por las calles de Madrid. Seguíanle en
silenciosa procesión centenares de jóvenes con semblante melancólico, con ojos aterrados.
[…] Entonces, de en medio de nosotros, y como si saliera de bajo aquel sepulcro, vimos brotar
y aparecer un joven, casi un niño, para todos desconocido. Alzó su pálido semblante, clavó en
aquella tumba y en el cielo una mirada sublime, y dejando oír una voz que por primera vez
sonaba en nuestros oídos, leyó en cortados y trémulos acentos los versos […] que el señor
Roca tuvo que arrancar de su mano, porque desfallecido a la fuerza de su emoción, el mismo
autor no pudo concluirlos. Nuestro asombro fue igual a nuestro entusiasmo […] bendijimos a la
Providencia que tan ostensiblemente hacía aparecer un genio sobre la tumba de otro, y los mismos que en fúnebre pompa habíamos conducido al ilustre Larra a la mansión de los muertos, salimos de aquel recinto llevando en triunfo a otro poeta al mundo de los vivos y proclamando con entusiasmo el nombre de Zorrilla.


POEMA

Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana;
vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana.

Acabó su misión sobre la tierra,
y dejó su existencia carcomida,
como una virgen al placer perdida
cuelga el profano velo en el altar.
Miró en el tiempo el porvenir vacío,
vacío ya de ensueños y de gloria,
y se entregó a ese sueño sin memoria,
¡que nos lleva a otro mundo a despertar!

Era una flor que marchitó el estío,
era una fuente que agotó el verano:
ya no se siente su murmullo vano,
ya está quemado el tallo de la flor.
Todavía su aroma se percibe,
y ese verde color de la llanura,
ese manto de yerba y de frescura
hijos son del arroyo creador.

Que el poeta, en su misión
sobre la tierra que habita,
es una planta maldita
con frutos de bendición.

Duerme en paz en la tumba solitaria
donde no llegue a tu cegado oído
más que la triste y funeral plegaria
que otro poeta cantará por ti.
Ésta será una ofrenda de cariño
más grata, sí, que la oración de un hombre,
pura como la lágrima de un niño,
¡memoria del poeta que perdí!

Si existe un remoto cielo
de los poetas mansión,
y sólo le queda al suelo
ese retrato de hielo,
fetidez y corrupción;
¡digno presente por cierto
se deja a la amarga vida!
¡Abandonar un desierto
y darle a la despedida
la fea prenda de un muerto!

*

Poeta, si en el no ser
hay un recuerdo de ayer,
una vida como aquí
detrás de ese firmamento…
conságrame un pensamiento
como el que tengo de ti.

Carta a José Zorrilla:

Muy señor mío: he tomado la dirección de El Español, periódico cuyas columnas surtía Larra con sus artículos: pues la muerte se llevó al crítico dejándonos al poeta, entiendo que éste debe de suceder a aquél en la redacción de El Español. Sírvase usted, pues, pasar por esta su casa, calle de la Reina, esquina a la de las Torres, para acordar las bases de su contrato. Suyo, afectísimo,
J.G. de Villalta

El día de Santa Teresa de 2010


- Fígaro e Irene en la sala de los suicidados-

Voy a ser sincera, esperaba otra cosa; algo un poquito más acogedor. Eché una rápida ojeada para ver si encontraba a Pedro con su madeja de llaves y sólo vi una monja vieja, con hábito de carmelita, que era la que organizaba aquellos días el cotarro. Luego me enteré que era Santa Teresa de Ávila, con tan mala leche que le habían puesto a trabajar el día de su cumpleaños de cielo; el otro, el de la tierra, es una festividad que por aquí no está muy de moda: los recuerdos pueden hacerte la existencia imposible.
Decidí entonces acercarme a preguntar, algo contrariada, y observé como le seguía un apuesto joven con dejo francés y cabeza abierta, de la que goteaba un pequeño hilillo de sangre caliente.

  • Perdone, madre, ¿podría decirme donde me hallo?
  • Hija mía, ¿no se ha dado cuenta?, está aquí por haber hecho lo que ha hecho. ¿Cómo se le ocurrió? Es el Señor el que predispone nuestra hora y sólo Él.
  • Lo siento de veras, madre. Vivía sin vivir en mi.
  • ¡Ay! Alma de cántaro -me dijo- nunca cambiaréis lo que ya está escrito. Este es el paraje al que vienen todos los que atentan contra la vida del Altísimo. Tendrás que esperar aquí hasta que llegue la hora de tu juicio. Ponte cómoda.
  • Espero, Ilustrísima, que por aquí la justicia sea más rápida que allá abajo. Disculpe mi impertinencia, pero podría decirme quién es ese hombre. Me resulta terriblemente familiar -le pregunté.
  • Es Don Mariano, buena gente. Me está echando una mano en estos días de jaleo. Nos conocíamos de antes, vínculos con la tierra.
En ese momento miré a mi alrededor y descubrí que aquello era una auténtica casquería: muñecas abiertas, grandes charcos de vómito, puñales en el pecho y un par de antorchas humanas aún humeantes; ¡todo un rosario en pena!
Como no tenía más remedio que esperar, decidí matar mi tiempo entablando conversación con el joven y mítico Fígaro, más que nada por aquello de los vínculos teatrales, además de mi ferviente admiración juvenil. He de aclarar que ya desde el principio nuestra relación no tuvo nada que ver con aquella fama de huraño que arrastró en vida.

  • No sabe usted Don Mariano cómo le aprecio y admiro, pero dígame, sin ofenderle, ¿cómo se atrevió usted? Hombres de su ilustre talante nunca sobran.
  • Hija, aquí estamos en las mismas condiciones, no se gasté usted tanta finura -respondió con media sonrisa-, tengo que reconocer que se me echó encima el mundo; al final, los amores son lo que hacen más daño.
  • No sabe cómo le entiendo. Todos cometemos errores, fíjese, yo misma sin ir más lejos. Cuénteme, maestro, ¿cómo pasa sus días por aquí? ¿práctica usted algún pasatiempo?
  • Pocas ocupaciones, pocas; la existencia es bastante relajada. Algún paseo, algún vino con mis amigos... no nos engañemos, ligeramente aburrido. Allí tiré la toalla y empecé a verlo como un cementerio; por intentar ir al norte, fui al sur, con anteojos negros perdí la fe en los hombres...
  • Veo que no ha perdido ni un ápice de su ingenio, pero permítame que se lo diga, sin ánimo de causar molestia alguna, era usted algo cascarrabias.
  • Hay que estar ocupado en algo, mujer -dijo después de una sonora carcajada- No hay nada mejor que perder el tiempo en lo que uno cree. Pensé que incluso yo mismo podría mejorar.
  • En realidad, Don Mariano, no hizo usted cosa diferente a lo que dictaba el espiritu de su tiempo. Le tocó lidiar con una época difícil.
  • Hablando con unos y con otros, desde aquí arriba me he dado cuenta que las épocas son difíciles para todos, cada una tiene lo suyo, no se crea -y después de un largo silencio, añadió- ¿cómo siguen la criaturas por la tierra?
  • Tampoco seré yo la que le mienta. Como bien sabe, no ha cambiado mucho la vida por allá abajo. El publico sigue siendo el mismo público, la administración te despacha con el cambie usted de ventanilla, la justicia es aliada de las tortugas y los reyes y políticos de las cigarras... imagínese, ¡un auténtico cementerio!
  • ¡Quite, quite, por Dios! A mi ya se me han ido aquellos pájaros de la juventud -me recriminó-. Mejor vivir en el Campo Santo que la existencia etérea de aquí arriba. ¿Conocé Las Moradas, de la monja?
  • Por supuesto, Don Mariano -me apresuré a contestar.
  • La vida de allá abajo es así, un camino. Siempre será mejor hablar que coser la boca, expresar tus ideas allá... porque aquí ya no encuentran interlocutor al que satisfagan. Desgraciadamente, ahora no hay nada que hacer; allá abajo, aunque sólo sea un poquito, todavía ha de quedar gente interesada, ¿no?
  • Siempre me sorprendió usted con sus sabias palabras. Tiene razón, las cosas caminan mal, pero...
  • Siempre será mejor hablar que cerrar los ojos, ¿no le parece? -dijo sin dejarme acabar.

Algo cansado por culpa de la larga conversación, me despedí de él. Hasta pronto, le dije; a lo que me respondió: “eternamente”. Parece que mi existencia aquí va a ser algo aburrida, en la tierra aún se podía patalear como un niño chico, pero ¿aquí qué vas a hacer? ¿morir eternamente de aburrimiento? Don Mariano fue siempre un hombre inteligente, lo que hay que hacer es agarrarse a un clavo ardiendo y no enmudecer. Confiar en el tiempo de allá abajo y no rendirse. Aprender del joven y no del apresuradamente viejo. ¡Salud y libertad! que dirían otros.
¡Lástima que yo ya no pueda, pero vosotros todavía sí! Aprenderos la lección: no callar. Adelante música.




Irene Ochoa

A Larra, con unas violetas



Aún se queja su alma vagamente,
El oscuro vacío de su vida.
Más no pueden pesar sobre esa sombra
Algunas violetas,
Y es grato así dejarlas,
Frescas entre la niebla,
Con la alegría de una menuda cosa pura
Que rescatara aquel dolor antiguo.

Quien habla ya a los muertos,
Mudo le hallan los que viven.
Y en este otro silencio, donde el miedo impera,
Recoger esas flores una a una
Breve consuelo ha sido entre los días
Cuya huella sangrienta llevan las espaldas
Por el odio cargadas con una piedra inútil.

Si la muerte apacigua
Tu boca amarga de Dios insatisfecha,
Acepta un don tan leve, sombra sentimental,
En esa paz que bajo tierra te esperaba,
Brotando en hierba, viento y luz silvestres,
El fiel y último encanto de estar solo.

Curado de la vida, por una vez sonríe,
Pálido rostro de pasión y de hastío.
Mira las calles viejas por donde fuiste errante,
El farol azulado que te guiara, carne yerta,
Al regresar del baile o del sucio periódico,
Y las fuentes de mármol entre palmas:
Aguas y hojas, bálsamo del triste.

La tierra ha sido medida por los hombres,
Con sus casas estrechas y matrimonios sórdidos,
Su venenosa opinión pública y sus revoluciones
Más crueles e injustas que las leyes,
Como inmenso bostezo demoníaco;
No hay sitio en ella para el hombre solo,
Hijo desnuda y deslumbrante del divino pensamiento.

Y nuestra gran madrastra, mírala hoy deshecha,
Miserable y aún bella entre las tumbas grises
De los que como tú, nacidos en su estepa,
Vieron mientras vivían morirse la esperanza,
Y gritaron entonces, sumidos por tinieblas,
A hermanos irrisorios que jamás escucharon.

Escribir en España no es llorar, es morir,
Porque muere la inspiración envuelta en humo,
Cuando no va su llama libre en pos del aire.
Así, cuando el amor, el tierno monstruo rubio,
Volvió contra ti mismo tantas ternuras vanas,
Tu mano abrió de un tiro, roja y vasta, la muerte.

Libre y tranquilo quedaste en fin un día,
Aunque tu voz sin ti abrió un dejo indeleble.
Es breve la palabra como el canto de un pájaro,
Mas un claro jirón puede prenderse en ella
De embriaguez, pasión, belleza fugitivas,
Y subir, ángel vigía que atestigua del hombre,
Allá hasta la región celeste e impasible.


De: Las nubes


Luis Cernuda




Juntos, pero no revueltos. Un homenaje personal




Este es un relato de admiración. La historia de dos hombres que comparten la misma cama, un lecho frío del Panteón de Hombres Ilustres de la Iglesia Sacramental de San Justo. No sabemos si se hubiesen caído simpáticos, por problemas con la edad nunca se llegaron a conocer; pero está claro que el hermano pequeño admiró con humor profundo y juvenil al deudo mayor. Sus nombres: Don Mariano José de Larra y Don Ramón Gómez de la Serna.


Allá por el año 1908 un joven escritor madrileño, amigo de las vanguardias, inauguraba la revista Prometeo, nombre no carente de ambición, ¡juventud, divino tesoro! Pero fue un año más tarde, por motivo del centenario del nacimiento de Larra, cuando la revista organizó dos actos para desmarcar la figura del periodista de los actos institucionales: le dedicó un número casi monográfico, el V de marzo de 1909, y convocó dos acciones de tinte claramente poético y político -¡casi como Jodorowsky!- La primera fue un banquete en el hoy desaparecido Café de Fornos, la segunda una sesión de jóvenes intelectuales en el Ateneo. Todo ello bajo la atenta mirada de Colombine, escritora y mujer importante de su tiempo, enamorada del espiritismo y del eternamente joven Fígaro.
Javier Gómez de la Serna insistía en esta reseña del acto en la importancia de la resurrección de Larra:

El elemento joven de Prometeo ha celebrado el primer centenario del profundo y admirable satírico, muerto en plena juventud, cuyos trabajos tienen la frescura de lo eternamente bello, y, en esta España paralítica, de lo eternamente actual, pues hoy como ayer puede repetir (…)
Era Fígaro el maestro desenfadado que admira y estudia la juventud triunfante, no menos desenfadada, no menos sonriente, no menos honda en el sentir y en el pensar (…)
Su obra y su vida quedaron interrumpidas en un momento de hastío.
Le asfixiaba su época de hipócritas y carlistas.
¿Resucitará Larra?
¿Por qué no?
¿Acaso no ha resucitado su época?

No exento de humor, relató la velada Don Ramón:

La presidencia la ocupaba el festejado Mariano José. Sólo algún necio hubiese dicho que estaba vacío su hueco. A su derecha estaba sentada Colombine, la fermosa mujer y la garrida intelectual (…) A la izquierda Ramón Gómez de la Serna, satisfecho de la vida y en particular de la noche, conversaba con Mariano José, y hacía los honores de la mesa a Colombine, cuidando al alargarla los entremeses no pasar el brazo descortésmente por delante de Fígaro.

Y también Colombine en su libro sobre Fígaro; encabezado, igualmente, por un prólogo titulado resurrección:

Pero las almas jóvenes protestaron. Ramón Gómez de la Serna ofreció a “Fígaro” un banquete, donde nos juntamos todos los rebeldes. Fue como una mesa de comulgantes; había que acercarse limpios de corazón. Los que así nos acercamos vimos a “Fígaro”. Nos sonrío, estuvo con nosotros, comulgó en nuestros ideales y alzó el cáliz para acompañarnos en nuestros brindis.

El segundo acto, celebrado en el Ateneo, consistió en la lectura, por parte de Don Ramón Gómez de la Serna, de una conferencia-manifiesto titulada El concepto de la nueva literatura, y que suele ser considerada uno de los textos fundacionales de la vanguardia española. En realidad, se trata de una reescritura del artículo de Larra, Literatura. Rápida ojeada sobre la historia e índole de la nuestra. Su estado actual. Su porvenir. Del mismo modo, homenaje a la manera de actuar del periodista.

En 1902 se trasladaron los restos del crítico costumbrista al Panteón de Hombres Ilustres de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, en el Sacramental de San Justo. En 1963 se repatriaron, desde Argentina, los restos yacentes de Ramón Gómez de la Serna, dándoles sepultura en el mismo lugar. Descansen en paz.

Pasó el tiempo, hasta que acabaron conociéndose y durmiendo juntos para siempre. Eternamente en el límite de lo que está por llegar.


Artículo: Colombine, biógrafa de Larra, aquí.
Artículo de Larra: Literatura... aquí.



Irene Ochoa

martes, 25 de enero de 2011

Calendario de las muestras de alumnos de cuarto curso de dramaturgia


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jueves, 20 de enero de 2011

El Día de Difuntos de 1836. Fígaro en el cementerio


El escritor costumbrista ha de tener la habilidad de mostrar los defectos de la sociedad, corregirlos y desterrarlos de una vez para siempre.
Enrique Rubio



Larra en una carta que escribió a sus padres, fechada el 8 de enero de 1836, les comunicaba el contrato ventajoso que acaba de firmar con el periódico El Español; 20.000 reales, algo inusual para los tiempos que corrían. Se trataba de una publicación de prestigio a la que tenía que entregar dos artículos por semana. En este periódico se imprimirán los artículos considerados preludio del fin de Larra: el que nos ocupa, Fígaro en el cementerio y Necrología. Exequias del conde de Campo-Alegre.

El día de Difuntos de 1836 se publicó por primera vez en El Español, el dos de noviembre de 1836. Larra tenía aceptación por parte del gremio periodístico, gozaba de una buena posición, pero no era algo que a él le interesase especialmente. Su compromiso político le acabo llevando a la muerte. La desazón de no observar ningún mínimo cambio.
Desde la primera línea se nos muestra un artículo de corte claramente pesimista, con el uso de la paradoja y la ironía, pero menos mordaz que sus artículos anteriores. Un artículo menos crítico y más derrotista. Larra ha tirado la toalla.
Ya no hay posibilidad de cambio en una sociedad llena de grietas, no hay tiritas tan grandes para unir las heridas. Todos sus artículos anteriores se los ha llevado el viento y sus palabras han sido utilizadas en vano.

La memoria. No tener memoria, no querer acordarse de lo que hicimos y de lo que pensamos es un mecanismo físico que nos permite vivir con mayor felicidad. Vivir en la ignorancia significada acarrear con la tareas cotidianas, no reflexionar sobre las circunstancias en las que vivimos, ir sobreviviendo y ser más felices; sin pensar en la posibilidad del cambio, en la realidad de las utopías.

En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mi me he formado...”

Larra puebla su texto de múltiples referencias, alusivas, que dan un rasgo de color al artículo, como la que hace a la obra de teatro El Califa de Bagdad (obra criticada negativamente por Larra en La revista Española).
Después de un primer párrafo de corte pesimista e introductorio continúa su artículo, como otros de los suyos, con una duda. La duda le permite poner en marcha el mecanismo de la reflexión -como a Descartes- y le acaba llevando a la melancolía. La intranquilidad hogareña le hacen salir de casa para encontrarse con el mundo y alegrarse, pero se da de bruces con la realidad.

Volvíame y me revolvía en un sillón de éstos que parecen camas, sepulcro de todas mis meditaciones, y ora me daba palmadas en la frente, como si fuese mi mal mal de casado, ora sepultaba las manos en mis faltriqueras, a guisa de buscar mi dinero, como si mis faltriqueras fueran el pueblo español y mis dedos otros tantos Gobiernos...”


Larra sitúa el artículo el Día de Difuntos, lo que le permite desarrollar de forma paradójica el corpus principal de su artículo. La gente se dirige al cementerio a visitar a sus muertos y para eso han de salir de la puertas de Madrid, ir a las afueras, pero -se pregunta el autor- ¿dónde está el cementerio? ¿fuera o dentro? Una pregunta cuya respuesta le conduce a la iluminación:

(...) y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cinerario de una esperanza o de un deseo”

Se puede observar en la construcción de los artículos de Larra un clara raíz dramática. Va poblando todo el texto de antecedentes que va retomando una y otra vez, de pequeñas referencias que dan unidad y coherencia al texto. También apreciamos el uso de la ironía y un lenguaje más enfurecido, crítico.

¡Fuera, exclamé, fuera! -como si estuviera viendo representar a un actor español-”

¡Qué insolentes son los que ponen letreros en las paredes! Ni los sepulcros respetan”

Se plantea una mirada al nosotros mismos, al estatismo, como raíz del mal social, como posible motor de cambio que ha dejado de funcionar. Larra no se excluye, aunque, a veces, se sitúe en una posición de superioridad.

¡Necios! - decía a los transeúntes- ¿Os movéis para ver muertos? ¿No tenéis espejos por ventura? (…) ¡Miraos, insensatos, a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis vuestro epitafio! ¿Vais a ver a vuestros padres y vuestros abuelos, cuándo vosotros sois los muertos? Ellos viven, porque ellos tienen paz; ellos tienen libertad, la única posible sobre la tierra, la que da la muerte; ellos no pagan contribuciones que no tienen; ellos no serán alistados ni movilizados; ellos no son presos ni denunciados; (…) ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta, porque ellos hablan al mundo.”

Larra plantea imágenes en sus artículos: la gente saliendo de Madrid, en masas, y él avanzando en dirección contraria. Él frente a la multitud. La metáfora hermosa. La vida real.

Los muertos son los que viven porque tiene paz y libertad: paradoja ilustrativa. La única libertad sobre la tierra... construcción muy cuidada e hilada en todo el texto. En la crítica a las instituciones enlaza su artículo con las referencias dadas en el segundo párrafo.
La mayoría de sus referencias críticas se hayan latentes, no de forma explícita; consigue así no alejar al público menos especializado. Artículos con varios niveles de compresión.
Crítica a la religión y al fanatismo religioso.

Después de haber establecido las reglas de quién está vivo y quién está muerto realiza un juego de espejos y contrarios.

Imágenes lúgubres, románticas.

Pero ya anochecía, y también era hora de retiro para mi. Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerio. Olía a muerte próxima. Los perros ladraban con aquel ladrido prolongado, intérprete de su instinto agorero”

El corazón de Larra ha albergado tiempo atrás ilusiones, deseos y vida.

Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón (…) También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro”

Ni siquiera le queda la esperanza. También ha muerto. Todas sus esperanzas de una nueva Constitución, libertad, opinión nacional, etc., no se cumplen. Se da por vencido. Descanse en paz.



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Irene Ochoa