Ramón Gómez de la Serna.
lunes, 31 de enero de 2011
Dos artículos de especial interés sobre Larra
Ramón Gómez de la Serna.
Segunda versión “Sola en el bosque”
La otra caperucita
Bajo la mítica estructura del Rashomon de Akira Kurosawa, la autora nos cuenta su versión del cuento. Hablan; la muerta, una amiga, su novio, una religiosa y un inspector pero, ¿Quién dice la verdad? Una actriz que no siente nada y una conferenciante que plantea la importancia esquema aristotélico para creación de la fábula, constituyen los otros planos que componen la estructura de este complejo y original relato puzzle, creado y puesto en escena por la actriz y dramaturga argentina.
“Al principio quería contar algo que tuviera que ver con la violencia, pero después decidí trabajar desde cero, sola y con una múसिका- comenta Silvina- “Así surgió la actriz que no puede emocionarse en busca de una técnica perfecta, es una reflexión de mis veinte años en el teatro”- apunta Silvina Rodríguez
La actriz afronta un trabajo íntimo que resuelve con todas las herramientas adquiridas en su extensa trayectoria. La interpretación ironiza sobre la violencia de género desde una perspectiva inteligente.
Forofa de Chandler y Hammett la autora filtra en su creación elementos del policial y la novela negra americana, aludiendo a los cuentos clásicos con una enorme dosis de humor “Veo los cuentos infantiles como muy siniestros, hice una mezcla de caperucita y Dalia Negra y como conexión surgió la voz crítica-apunta Silvina Rodríguez- “al estar sola hice caso a todas las voces que estaban en mi cabeza”।
Las historias hablan de la soledad। Un artista ante la incertidumbre de la creación, la duda y el temor de la opinión pública. El juicio de los otros. Análoga a esta, la soledad de Caperucita, que decide hace algo diferente al resto de la sociedad y por ese acto de libertad es cruelmente castigada.
“Surge la crítica social, como los medios hacen un tratamiento amarillista de estos hechos violentos”-comenta la actriz- Sola en el bosque habla del precio que tiene que pagar una mujer que elige algo diferente y como asume esas consecuencias a pesar de todo”। ÁNGEL DE AZA.
“Sola en el bosque” de Silvina Rodríguez. Viernes 7, 14, 21 y 28 de enero 2011, 20:30 hs. Sala la Usina, calle Embajadores 4.Madrid. Entradas 12 Euros.
Discurso en honor a Fígaro y "Por qué no escribo para el teatro" R. G. de la Serna.
- Ramón en su banquete romántico celebrado en el Café Pombo. Pincha en la imagen para acceder al discurso que Gómez de la Serna leyó en el homenaje a Larra -
- Pincha en la imagen para acceder a un fragmento del artículo Por qué no escribo para el teatro de R. G. de la Serna -
domingo, 30 de enero de 2011
¿Quién es el público y dónde se encuentra? -ANÁLISIS-
- Presentación del autor y justificación del tema.
- El tema en cuestión es de naturaleza problemática y requiere una solución.
- Descripción de hábitos populares/colectivos. Recorrido de los personajes por las avenidas, café y teatro.
- Una Conclusión que se podría sintetizar en: Siendo el público “injusto y parcial”, “maligno y mal pensado”, “rutinario y novelero”, se le utiliza interesadamente como “el pretexto , el tapador de los fines particulares de cada uno”.
"El público está en la calle"
- ¿Cuándo se realiza la "Noche en Blanco"?
- Es el próximo sábado. Aunque los últimos años se ha transformado en un macro-botellón patrocinado por el Ayuntamiento.
- No seas exagerado, en Madrid, siempre se ha bebido en la calle.
- ¿Es una noche para la cultura? ¿O el oktoberfest ibérico?
Homenaje a Larra
La fiesta del indio -segunda versión-
sábado, 29 de enero de 2011
La fiesta del indio
jueves, 27 de enero de 2011
Cambio de propósito. Versión de "Mi nombre y mis propósitos" de Larra
Muestras y antecríticas
Saladina Jota: Aleix Serra
Iñaqui Oliver: Ani Olvido Praderas / Juana Galgo Vereda
Felix Estaire: Ángel de Aza
Antonio Lafuente: Irene Ochoa
Alejandra Venturini: P. Ugrumov
Diana Cristobal: Habaguanex
Carlos Contreras: Zigmat
Ricardo Salamanca: Fabricio Barreiro
Javier Pastor: P. Urgrumov
Sandra Dominique: Irol de la Zaera
Dos artículos recomendados por Irol de la Zaera
miércoles, 26 de enero de 2011
Ópera para todos
Habaguanex
El escenario del Teatro de Madrid en La Vaguada, se transformará durante cuatro días en la ciudad nipona de Nagasaki. Tal como lo concibieron el gran compositor italiano Giacomo Puccini y su libretista Giuseppe Giacosa, los personajes de una de sus óperas más famosas: Madama Buterfly, cobrarán vida, trayéndonos consigo el desgarrador viaje vital de la joven Cio cio san.
La difícil partitura musical y actoral, presenta exigencias de gran desdoble para su protagonista. Ya en los orígenes de esta ópera, sus autores advirtieron que se necesitarían tres intérpretes diferentes condensadas en una, para poder abordar a la Geisha quinceañera de la primera etapa, a la mujer madura de la segunda, y a la desgarrada madre traicionada del acto final.
Contar para esta empresa con la artista capaz de tranformarse de manera feliz en este rol, es realmente una gran suerte. Transmitir con fidelidad la etapa cándida propia de una adolescente, adecuada para una voz de soprano lírica y más tarde la dureza de una mujer y madre vapuleada por el dolor, idónea para una soprano dramática, se convierte muchas veces en un verdadero escollo, y en la consecuente imposibilidad de llevar a escena esta obra.
La compañía Estudio Lírico de Madrid lo ha conseguido, Yanat Vannat y Dolores Granados serán las encargadas de traer nuevamente a la vida a Buterfly. A partir del 27 de Enero y hasta el domingo 30 del 2011, será cuando nuestra ciudad podrá contemplar el mágico aleteo de esta pieza romántica por excelencia, en la que sus autores volcaron las pasiones más profundas que mueven al ser humano.
La conducción musical estará bajo la experiencia del director brasileño Sergio Cullman, frente a la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, y al coro titular de la compañía. A su vez la dirección escénica recaerá sobre un artista de la casa, el español Jesús Cordón. Entre otros, los personajes principales serán defendidos por Houari López, Pinkertón (Tenor), Yelena Lafargue, Suzuki (Mezzosoprano) Carlos Andrade, Sharples (Barítono) Ángel Walter, Goro (Tenor)
Poema A La Memoria Desgraciada Del Joven Literato D. Mariano José De Larra de José Zorrilla
madrileña, entre ellos Nicomedes Pastor Díaz, que será quien describa con mayor fidelidad el
suceso. Su crónica de aquel día y extravagante momento formará parte del prólogo con el que
Zorrilla encabezará su primer tomo de Poesías, publicado ya ese mismo año.
silenciosa procesión centenares de jóvenes con semblante melancólico, con ojos aterrados.
[…] Entonces, de en medio de nosotros, y como si saliera de bajo aquel sepulcro, vimos brotar
y aparecer un joven, casi un niño, para todos desconocido. Alzó su pálido semblante, clavó en
aquella tumba y en el cielo una mirada sublime, y dejando oír una voz que por primera vez
sonaba en nuestros oídos, leyó en cortados y trémulos acentos los versos […] que el señor
Roca tuvo que arrancar de su mano, porque desfallecido a la fuerza de su emoción, el mismo
autor no pudo concluirlos. Nuestro asombro fue igual a nuestro entusiasmo […] bendijimos a la
Providencia que tan ostensiblemente hacía aparecer un genio sobre la tumba de otro, y los mismos que en fúnebre pompa habíamos conducido al ilustre Larra a la mansión de los muertos, salimos de aquel recinto llevando en triunfo a otro poeta al mundo de los vivos y proclamando con entusiasmo el nombre de Zorrilla.
POEMA
Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana;
vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana.
Acabó su misión sobre la tierra,
y dejó su existencia carcomida,
como una virgen al placer perdida
cuelga el profano velo en el altar.
Miró en el tiempo el porvenir vacío,
vacío ya de ensueños y de gloria,
y se entregó a ese sueño sin memoria,
¡que nos lleva a otro mundo a despertar!
Era una flor que marchitó el estío,
era una fuente que agotó el verano:
ya no se siente su murmullo vano,
ya está quemado el tallo de la flor.
Todavía su aroma se percibe,
y ese verde color de la llanura,
ese manto de yerba y de frescura
hijos son del arroyo creador.
Que el poeta, en su misión
sobre la tierra que habita,
es una planta maldita
con frutos de bendición.
Duerme en paz en la tumba solitaria
donde no llegue a tu cegado oído
más que la triste y funeral plegaria
que otro poeta cantará por ti.
Ésta será una ofrenda de cariño
más grata, sí, que la oración de un hombre,
pura como la lágrima de un niño,
¡memoria del poeta que perdí!
Si existe un remoto cielo
de los poetas mansión,
y sólo le queda al suelo
ese retrato de hielo,
fetidez y corrupción;
¡digno presente por cierto
se deja a la amarga vida!
¡Abandonar un desierto
y darle a la despedida
la fea prenda de un muerto!
*
Poeta, si en el no serhay un recuerdo de ayer,
una vida como aquí
detrás de ese firmamento…
conságrame un pensamiento
como el que tengo de ti.
Carta a José Zorrilla:
J.G. de Villalta
El día de Santa Teresa de 2010
- Fígaro e Irene en la sala de los suicidados-
- Perdone, madre, ¿podría decirme donde me hallo?
- Hija mía, ¿no se ha dado cuenta?, está aquí por haber hecho lo que ha hecho. ¿Cómo se le ocurrió? Es el Señor el que predispone nuestra hora y sólo Él.
- Lo siento de veras, madre. Vivía sin vivir en mi.
- ¡Ay! Alma de cántaro -me dijo- nunca cambiaréis lo que ya está escrito. Este es el paraje al que vienen todos los que atentan contra la vida del Altísimo. Tendrás que esperar aquí hasta que llegue la hora de tu juicio. Ponte cómoda.
- Espero, Ilustrísima, que por aquí la justicia sea más rápida que allá abajo. Disculpe mi impertinencia, pero podría decirme quién es ese hombre. Me resulta terriblemente familiar -le pregunté.
- Es Don Mariano, buena gente. Me está echando una mano en estos días de jaleo. Nos conocíamos de antes, vínculos con la tierra.
- No sabe usted Don Mariano cómo le aprecio y admiro, pero dígame, sin ofenderle, ¿cómo se atrevió usted? Hombres de su ilustre talante nunca sobran.
- Hija, aquí estamos en las mismas condiciones, no se gasté usted tanta finura -respondió con media sonrisa-, tengo que reconocer que se me echó encima el mundo; al final, los amores son lo que hacen más daño.
- No sabe cómo le entiendo. Todos cometemos errores, fíjese, yo misma sin ir más lejos. Cuénteme, maestro, ¿cómo pasa sus días por aquí? ¿práctica usted algún pasatiempo?
- Pocas ocupaciones, pocas; la existencia es bastante relajada. Algún paseo, algún vino con mis amigos... no nos engañemos, ligeramente aburrido. Allí tiré la toalla y empecé a verlo como un cementerio; por intentar ir al norte, fui al sur, con anteojos negros perdí la fe en los hombres...
- Veo que no ha perdido ni un ápice de su ingenio, pero permítame que se lo diga, sin ánimo de causar molestia alguna, era usted algo cascarrabias.
- Hay que estar ocupado en algo, mujer -dijo después de una sonora carcajada- No hay nada mejor que perder el tiempo en lo que uno cree. Pensé que incluso yo mismo podría mejorar.
- En realidad, Don Mariano, no hizo usted cosa diferente a lo que dictaba el espiritu de su tiempo. Le tocó lidiar con una época difícil.
- Hablando con unos y con otros, desde aquí arriba me he dado cuenta que las épocas son difíciles para todos, cada una tiene lo suyo, no se crea -y después de un largo silencio, añadió- ¿cómo siguen la criaturas por la tierra?
- Tampoco seré yo la que le mienta. Como bien sabe, no ha cambiado mucho la vida por allá abajo. El publico sigue siendo el mismo público, la administración te despacha con el cambie usted de ventanilla, la justicia es aliada de las tortugas y los reyes y políticos de las cigarras... imagínese, ¡un auténtico cementerio!
- ¡Quite, quite, por Dios! A mi ya se me han ido aquellos pájaros de la juventud -me recriminó-. Mejor vivir en el Campo Santo que la existencia etérea de aquí arriba. ¿Conocé Las Moradas, de la monja?
- Por supuesto, Don Mariano -me apresuré a contestar.
- La vida de allá abajo es así, un camino. Siempre será mejor hablar que coser la boca, expresar tus ideas allá... porque aquí ya no encuentran interlocutor al que satisfagan. Desgraciadamente, ahora no hay nada que hacer; allá abajo, aunque sólo sea un poquito, todavía ha de quedar gente interesada, ¿no?
- Siempre me sorprendió usted con sus sabias palabras. Tiene razón, las cosas caminan mal, pero...
- Siempre será mejor hablar que cerrar los ojos, ¿no le parece? -dijo sin dejarme acabar.
A Larra, con unas violetas
Aún se queja su alma vagamente, El oscuro vacío de su vida. Más no pueden pesar sobre esa sombra Algunas violetas, Y es grato así dejarlas, Frescas entre la niebla, Con la alegría de una menuda cosa pura Que rescatara aquel dolor antiguo. Quien habla ya a los muertos, Mudo le hallan los que viven. Y en este otro silencio, donde el miedo impera, Recoger esas flores una a una Breve consuelo ha sido entre los días Cuya huella sangrienta llevan las espaldas Por el odio cargadas con una piedra inútil. Si la muerte apacigua Tu boca amarga de Dios insatisfecha, Acepta un don tan leve, sombra sentimental, En esa paz que bajo tierra te esperaba, Brotando en hierba, viento y luz silvestres, El fiel y último encanto de estar solo. Curado de la vida, por una vez sonríe, Pálido rostro de pasión y de hastío. Mira las calles viejas por donde fuiste errante, El farol azulado que te guiara, carne yerta, Al regresar del baile o del sucio periódico, Y las fuentes de mármol entre palmas: Aguas y hojas, bálsamo del triste. La tierra ha sido medida por los hombres, Con sus casas estrechas y matrimonios sórdidos, Su venenosa opinión pública y sus revoluciones Más crueles e injustas que las leyes, Como inmenso bostezo demoníaco; No hay sitio en ella para el hombre solo, Hijo desnuda y deslumbrante del divino pensamiento. Y nuestra gran madrastra, mírala hoy deshecha, Miserable y aún bella entre las tumbas grises De los que como tú, nacidos en su estepa, Vieron mientras vivían morirse la esperanza, Y gritaron entonces, sumidos por tinieblas, A hermanos irrisorios que jamás escucharon. Escribir en España no es llorar, es morir, Porque muere la inspiración envuelta en humo, Cuando no va su llama libre en pos del aire. Así, cuando el amor, el tierno monstruo rubio, Volvió contra ti mismo tantas ternuras vanas, Tu mano abrió de un tiro, roja y vasta, la muerte. Libre y tranquilo quedaste en fin un día, Aunque tu voz sin ti abrió un dejo indeleble. Es breve la palabra como el canto de un pájaro, Mas un claro jirón puede prenderse en ella De embriaguez, pasión, belleza fugitivas, Y subir, ángel vigía que atestigua del hombre, Allá hasta la región celeste e impasible. De: Las nubes |
Luis Cernuda |
Juntos, pero no revueltos. Un homenaje personal
En 1902 se trasladaron los restos del crítico costumbrista al Panteón de Hombres Ilustres de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, en el Sacramental de San Justo. En 1963 se repatriaron, desde Argentina, los restos yacentes de Ramón Gómez de la Serna, dándoles sepultura en el mismo lugar. Descansen en paz.