lunes, 30 de mayo de 2011

Muestras de dirección: "La fiesta"




El día 10 de junio se presentan las muestras de segundo de Dirección, entre ellas la de Miguel Ángel Rodríguez, que pone en escena la obra La fiesta del dramaturgo italiano Spiro Scimone. Es una comedia con los colores del sur de Italia y con tintes de absurdo. Un padre, una madre y un hijo atrapados por los patrones de rutina de una familia convencional, instalados en la encarnación de roles que conlleva la convivencia constante, inmersos en la lucha de poder, el desdén que reina entre los que se conocen demasiado bien y no están dispuestos a escucharse .
  La escena que podremos ver se centra en la relación entre la madre y el padre, la dominación entre ellos y cómo no dudan en utilizar al hijo para sus objetivos. “No me gustaría que se interpretase la obra según un discurso de género”, dice el director. La propuesta del joven director ha sido afrontada con el objetivo de trabajar una poética visual de la guerra familiar. “Hay un momento en el que el padre le da una bofetada a la madre, pero los dos son igual de violentos más allá de la agresión física. Quiero recalcar la existencia de un mundo común, a la vez compartido e individual, en el que ambos pugnan por sobrevivir con igual crueldad”, continua Miguel Ángel.
  Tipos representativos
  El director ha tenido en cuenta el carácter de tipo de los personajes, no por ello planos, sino sacados de la realidad. “Los personajes son tipos que representan a todos los matrimonios”, afirma Rodríguez. “Para mí no es tan importante dibujar unas vidas privadas, como encontrar caracteres y trabajar con ellos, no me importa que se vea lo teatral, quiero jugar con lo escénico y fuera de realismos psicológicos expresar esa poética de la guerra familiar.”, concluye.
  Podremos saborear los trabajos de los estudiantes de Dirección el día 10 de junio en la sala S-13 de la Resad, entre las 9.30 y 12.30.
Fabricio Barreiro

sábado, 28 de mayo de 2011

“Vendidos” Un drama en sueños en la sala Lorca de la RESAD de Pedro Entrena Cano


La sala Lorca de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD) dentro de su programa de representación de obras de los alumnos de tercer curso de damaturgia, será el marco que acogerá la obra teatral “Vendidos” del dramaturgo catalán Pedro Entrena Cano. La misma verá la luz el 22 de marzo del 2012.
Se trata de una propuesta que se adscribe al Drama, género tan cercano al ser humano en cuanto a su temática y lenguaje.
En las declaraciones del autor y sus propias intenciones sobre este texto, el mismo nos confiesa “He querido adentrarme en la sencillez buscando lo más oscuro y hondo que el ser humano puede ocultar”
Toda obra tiene implícito un mensaje, pero es el vehículo y el punto de vista desde el cual se cuenta lo que la hace única. En este sentido nuestro joven autor nos deja clara su elección “Es a través de los sueños y de los juegos que mis personajes son capaces de revelar sus miedos más hondos. Creo que es el medio más eficaz” se reafirma el escritor.
Entrena conocedor de la empatía y cercanía que deben tener los personajes del drama con el espectador, los dibuja de forma que sean capaces de ser reconocidos en el entorno cotidiano en el que nos desarrollamos. Sobre ello nos confiesa Pedro “Mis dos personajes son unidos por el destino como tantos, pero optan por separarse prefiriendo realizarse a través de las aspiraciones materiales” dice tajantemente Entrena Cano. “Mutilan sus sentimientos a favor del confort, ante la imposibilidad de llevar a cabo ambos deseos” concluye el creador.
Las pautas y señales que se nos brinda el autor sobre esta propuesta dramática, evidencian lo verídico y terrible que se desprende de los planteamientos y temática que aborda. Ésta sugiere una cercanía aplicable a muchos momentos familiares en nuestro entorno y de la propia experiencia personal. Por ende son razones suficientes para que juntemos nuestras vivencias a las de los personajes y acudamos a esta representación intentando encontrar en ella el crecimiento profundo y sanador.

Habaguanex

miércoles, 25 de mayo de 2011

¡Viva Madrid!


Mayo en Madrid, fiesta de San Isidro, y no entiendo nada de lo que dicen.

Chulapa, verbena, garito, chapar…

¡Vaya palabras!

A saber que significa esto. Pero bueno, intentemos entender: cultura castiza + Religión = Día de fiesta. Desde este punto comienza a interesarme.

En fin, un día en que la gente se distrae, un día de tradición en el que se le inculca a los niños y niñas ir disfrazados al cole.

¡Todo muy bonito! ¡Todos muy contentos!

Un día especial con calor y en el que se celebra la vida de un santo. San Isidro, el santo de la lluvia… y ahora que comienza el calor.

¡Vaya ciudad, nunca se colocarán de acuerdo!

Pero en fin, que más podemos pedir si estamos en una ciudad en que nadie es de aquí. Incluso puedo llegar a imaginar que la designación de éste santo como patrono no fue más que una decisión arbitraría de algún miembro de la iglesia Católica regida desde Roma o de cualquier otra parte.

¡Madrid no es de nadie, señores!

Los gatos no existen, salvo en los tejados de las pocas casas que quedan dispersas por la ciudad. Conocer a cualquier persona que haya nacido aquí es un lujo, un hecho precioso que se debe de guardar en la memoria y en el corazón.

Y todas estas palabras ¿De dónde salieron?

Gente ociosa, gente que en su afán de entenderse inventó un lenguaje propio de la ciudad y que no le pertenece a nadie. No puedo dejar de señalar, que por esta y por otras muchas razones, éste lugar es fascinante

¡Viva Madrid!

Madrid, ciudad de chalupas, verbenas, de majos, de tercios, de garitos chapados y de botellón. Ciudad capital de España. Lugar donde todo el mundo se puede sentir en casa y donde siempre existe algún colega con quien disfrutar un rico calimocho...

Y pim, pam, pun.

P. Ugrumov

Brecht: "El bueno, el feo y el malo"


El próximo veinticinco de mayo, en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, se estrena Dansen / Hierro. Un espectáculo creado a partir de los textos breves de Bertold Brecht Dansen y ¿Cuánto cuesta el hierro? Tanto la dirección como la adaptación de este montaje, están a cargo de German Collado. Ambas obras cuentan en clave de comedia como las potencias europeas tuvieron una actitud indolente ante la expansión del nazismo.

Lo maravilloso de Brecht es que al desnudar sus personajes de la dimensión política, éstos siguen siendo humanos, terriblemente humanos,” apunta el joven director. Restándole importancia a la política aparece el ser humano y con él, la carcajada. “Al final resulta que los humanos se convierten en políticos al tomar decisiones”, comenta German.

Spaguetti western

Lo primero que me planteé fue cómo coger las convenciones del teatro épico y dinamitarlas,” dice el director.Tras una intensa lectura de las obras breves de Brecht, German vió la posibilidad de fundir ambas historias a la luz del viejo oeste: un personaje de una obra habla por teléfono con el de la otra. “Sergio Leone es al western lo que yo a Brecht: un explotador,” afirma el director.

“En el espectáculo se podrá ver el truco de magia. Eso es distanciamiento,” subraya German. Música en directo, un teatro desaforado o unos personajes desprovistos de psicologismo acentuando la hilaridad con pinceladas farsescas son algunos de los elementos que conforman esta propuesta.  “Una bizarrada así no se ha montado antes,” concluye.

La obra estará en la Sala B de la RESAD durante el veinticinco y veintiséis de mayo a las 19:00 horas.



ZIGMAT

Chotis & Roll

El chotis. ¡Que baile más peculiar! Se baila en el reducido espacio de una baldosa y prácticamente no ha resentido el paso del tiempo. Pose chula, chaleco de pata de gallo para los señores y vestido ajustado para las señoras. Por favor no dejen el clavel en casa. Todo un universo que configura la identidad madrileña. Adornar de claveles la Gran Vía suena a canción vieja y todo lo viejo tiene cierto tono escandaloso, a ideal perdido en el calor del asfalto. ¿Por qué no juntar a Ariel Rot y Bimba Bosé para versionar tan clásico tema? El chotis a ritmo guitarrero es la imagen que quieren que tengamos de Madrid. ¿Quiénes? Se dice el delito pero no el delincuente. Si otras capitales europeas funden tradición y modernidad como aquel que junta aguarrás con un buen "Rioja", Madrid no iba a ser menos. La imagen de una ciudad no se construye en un despacho con vistas a la Cibeles. Madrid es el Madrid que he vivido. Con ocho años me puse un clavel en la solapa, agarré a una chulapa y sobre una baldosa  se convirtió en emperatriz de Lavapiés. ¿Por qué? El quince de mayo todos los niños van al colegio vestidos de chulapos y todas las niñas van vestidas de chulapas. Allá donde fueres, haz lo que vieres.  



ZIGMAT

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Nos llamarán los indignados?


¿Habrá arena bajo los adoquines? La masa de personas indignadas han acampado en uno los emblemas de la polis de hoy en día, que ya no es ni polis ni nada. La plaza de Sol en Madrid. En otras ciudades también hay movilizaciones. No sólo en España, sino en el mundo entero. Ya lo llaman el mayo español, pero puede ser algo más. No caigamos en el error de infravalorar lo que está pasando.
  Los jóvenes perdidos hemos sido los primeros. Para algo sufrimos la cruel descolocación contemporánea, que lleva a colocarse más de lo razonable, buscando paraísos artificiales. Pero esto no incumbe sólo a los jóvenes. La plaga se extiende, hasta rincones insospechados. Muchos y diversos son los que se encuentran en condiciones lamentables por el egoísmo materialista generalizado. Y todos, incluso los que no son conscientes de ello, sufren el yugo de la violencia psicológica que genera la hipocresía social y política. Los políticos son caricaturas, personajes orgullosos de la tragedia, que disfrutan de sus privilegios. Y mientras tanto, los ciudadanos son bestias adormecidas.
  Pero la indignación ha tomado por fin las calles del mundo. Se hacen asambleas, deciden los indignados. Hay una reivindicación efusiva y muy generalizada: no es una broma. No es un botellón, no hay barricadas más que en las mentes de todos, para que no pase la pereza.
  Una nueva forma de conciencia es inevitable. Es imparable. ¿Pero qué nueva forma? Hay un cambio ya. Tal vez el gran cambio es espiritual y lento. De momento, una republica difusa ha nacido. Pero cada paso en el camino tiene que dejar huella en los congresos. Y más aún una zancada universal como esta. Debemos quedarnos hasta que se tomen medidas sobre la ley electoral y la clase política, como mínimo. Si nos vamos a casa sin conseguir nada simplemente nos llamarán los indignados.
Fabricio Barreiro

Fiesta y desenfreno en Madrid

Madrid en mayo es una gran verbena. Esta ciudad tiene una capacidad que es virtud  en el hombre contemporáneo. Madrid se adapta a las circunstancias psicológico-estacionales de sus habitantes. Hegel lo sabía.
  Madrid en diciembre es un gran centro comercial. Y los atuendos son más escudo para cada una de las células andantes que componen las masificadas calles céntricas. Madrid en agosto sólo será Madrid. Pero no hay que sufrir por ello, amigos. A los que estén les resultará más fácil encontrarse. 

  En cambio, en mayo es una gran fiesta de danzantes sátiros desnudos que comen y beben. Los sátiros no son ya los sátiros de antaño. Los sátiros de ahora no tienen ni puta gracia, están atontados por el efecto de la cerveza. Baco, ¡dios del vino! No de la cerveza, amigos. Manadas y manadas de borrachos berreando con grupos de música terribles. Esos efluvios del alcohol tan cotizados… ¿No acabarán con la costosa evolución del cerebro humano? ¿Será esto justicia divina por la matanza indiscriminada de animales para la pitanza? Seguramente, tronco.

Fabricio Barreiro

MADRID. CAPITAL DE LA REVOLUCIÓN REFLEXIVA

En estos días de “indignación” se oye, se lee  y se ve. Reflexión, esta palabra, que solo parecía pertenecer a unos pocos privilegiados, es ahora, la que circula en las concentraciones que comenzaron en la capital, y que se han extendido al resto de las provincias españolas.
Reflexión, en filosofía, se refiere al proceso de meditar. A la capacidad del ser humano, proporcionada por su racionalidad, que le permite detenidamente pensar en algo con la finalidad de sacar conclusiones.
Si consideramos con nosotros mismos lo que está ocurriendo en el mundo, hacía dónde va todo esto, podemos sin duda darnos por satisfechos, porque por lo general esto implica acción o lo que es lo mismo, hacer algo. Sin embargo, ¿Qué es del ser humano que no reflexiona? Bien por ignorancia, por miedo, porque nadie le enseñó, porque todo está fatal, pero no sabe por qué… De “estos”, hay muchos, un gran porcentaje de la población o de la ciudadanía ¿A quién corresponde este papel de enseñar a la reflexión? ¿Estamos por fin reflexionando todos? ¿Están las niñas y los niños del PP en la puerta del sol?
Sea lo que fuere, algo se está despertando, una conciencia más elevada. Quizá con algo de retraso. Un retraso del que no somos del todo responsables, pero si en parte, quizá por falta de reflexión, que se yo… tendría que reflexionar. El caso, es que hay gente debajo de unas carpas en medio de la capital. Al estilo Tuareg, pero sin hachís. Sin alcohol occidental. No es la era hippy, aquella que te miraba con ojos dulces y llenos de paz, o con deseo de hacerte el amor, bendita reflexión. Sino con ojos cansados, ojos que tienen miedo.  Miedo porque ya no tienen nada. Este, es el miedo que reflexiona, pues no hay mayor reflexión que la de  no poseer nada.

Juana Galgo Vereda

viernes, 20 de mayo de 2011

Intento pastel o el móvil

Caminaba yo en compañía nórdica sobre un paraje sureño de una Andalucía aún inexplorada por mis pies, con el único objetivo de encontrar deleite allá donde lo desconocido esconde sus hallazgos.
Ya el propio caminar entre las jaras, el tomillo y el romero entre otras especies también desconocidas por causalidades que no vienen a cuento, proporcionaban en mí; ya que lo que le proporcionaba a mi compañía nórdica no era el objetivo de mi exploración, o quizá sí,  no lo sé, me proporcionaba como vengo diciendo hace ya rato… una conexión con la tierra tan necesaria, que poco me importaron las unidades aristotélicas.
Inmersa ya de pleno en la naturaleza misma y como parte de un todo, mi alma y mi rostro cambiaron progresivamente hacia una actitud más democrática. ¡Aquí quiero vivir! me dije. Justo aquí. Ni unos metros más atrás; ni unos metros más adelante. Aquí. Claro, este aquí, es el aquí que todos reservamos. Todos tenemos un aquí para los momentos en los no huele a romero o a jara precisamente. ¡Alto! ¡Alto amigo Hans! Sólo le daba el alto, porque estoy tan profundamente embriagada que querría saber, si es una de mis extravagancias, o usted buen amigo, siente algo que le permite transgredir las normas si hubiese que transgredirlas. Pregunto… Pregunto porque estoy excesivamente relajada y eso me permite señor Hans ciertas libertades que de otro modo y dada mi timidez yo sería imposible expresarle ¿Me sigue señor Hans? Le pregunté. Aquí en el sur nos tomamos la confianza de tocar, por ejemplo, y casi nadie se lo toma a mal. Además, querido amigo, te voy a tutear. Ya hemos caminado algunos kilómetros y le conozco suficiente. Por tanto Hans, como veo que no entiendes nada, prosigamos hasta encontrar el lugar adecuado. Sólo quería saber si la falta de comunicación entre dos seres vivos en este entorno, me colmaría de trastorno. Pero no. Me importas tan poco, como las reglas, lo cual no quiere decir que a veces haya que usarlas, pues para eso están.
Bien, entorno más sublime jamás habían inspirado tanto mis sentidos. Aún en presencia de un macho. Tampoco somos aquí muy perfeccionistas. No… No te preocupes. Aquí, no damos las cosas por seguro con tanta facilidad. Se puede decir… que estudiamos de otra forma. Desde luego es como hay que estudiar. El presente Hans, estudiamos el presente. Hoy  nada parece tener aspecto de estropearme este momento ¿se puede aspirar a algo mayor? no lo creo. El cantar de las aves, y esta calidez que traspasa el propio cuerpo consciente, o inconsciente, poco importa eso. El silencio más bello y lleno de susurros que haya existido…está aquí, en este preciso instante. ¡Oh! Qué arroyos, Dios. Qué agua…son como bañeras de piedra una tras otra ¡Qué olor! ¡Qué sol!  Bajo el agua, como el mismo Adam y Eva, pero sin hojas, sentí caer el agua sobre mi cuerpo. Frente a mí, un árbol y tras él, el sol que quería ofrecerme sus rayos por entre medio de sus hojas… suena un teléfono móvil del pantalón del nórdico. Lo siento me dice el tipo. Más lo siento yo. Te compensaré muy bien dijo él. Francamente no entendí muy bien lo que quiso decir con esa recompensa,  y contesté... pero muy bien debías compensarme para superar esta belleza, que ha decaído apenas unos segundos. Era demasiada perfección. Nada es para siempre. Eso es Hans, lo que en el sur tenemos asimilado. Por eso te perdono, eso sí. compénsame nórdicamente, le dije. 

jueves, 19 de mayo de 2011

Indignados


Ayer caminé por la Puerta del Sol con el pecho agitado, recuerdo de un país donde manifestar es moneda corriente. Como un dejavú Madrid. Igual pero diferente. De todas maneras- pensé- Siempre son los mismos. Los que se manifiestan, los que se mueven, los mismos del NO A LA GUERRA ¿Recuerdan? Éramos miles gritando, e hicieron oídos sordos. ¿Qué harán ahora los partidos políticos con esto? ¿Cómo sacarán provecho?

Me fui metiendo debajo de los toldos azules atados a los postes de luz, leyendo los carteles que empapelan cualquier superficie que se preste: “Seguís durmiendo mientras arde el pavimento y nos cuentan que está lloviendo”. “Deja de ver Sálvame y sálvate tú. Apaga la TV”. “Ni un duro para la iglesia que el papa se pague su viajes” Los mensajes eran claros, la gente ha salido a decir eso que todo el mundo piensa pero que sin embargo dejamos que suceda. Colectivos de todo tipo: Comisión de inmigración, Comisión de extensión, Democracia real, Plataforma contra la impunidad del franquismo, Organización de los Peques sin plazas. Había más variedad de lo que parecía en un principio. Y la gente conversaba, debatía apasionada. Por todos lados podías oír opiniones encontradas, discursos de fondo salían de los altavoces. Vi en sus ojos la esperanza. La fuerza de la unión. El vigor de la lucha. El despertar de miles de personas indignadas. De repente un señor me dijo “Habéis tardado mucho, os estábamos esperando y habéis tardado mucho”. Me enzarcé con él en una conversación de política dejando de lado mi escepticismo inicial, al rato ya estaba yo firmando a favor de la “Acampada Sol”, y un poco más tarde me encontré con una pancarta que alguien puso en mi mano: Democracia 2.0. Grité y canté al unísono del pueblo. La gente no paraba de llegar. Se veía a los policías refunfuñar, cuidando las vallas que te alejan del ayuntamiento. Intentando prohibir algo imposible de prohibir. Era hora- pensé, renovada mi esperanza- Me quedo a dormir con ellos. Porque somos los mismos, los mismos del NO A LA GUERRA y los mismos que en España, Libia, Grecia, Finlandia Argentina, Cuba, Marruecos etc. etc. etc. nos vemos oprimidos bajos distintos sistemas.

ÁNGEL DE AZA

Pongamos que hablo de Madrid




Por ejemplo Madrid y por ejemplo La Puerta del Sol. Madrid el viernes 15 de mayo o el miércoles 18 o el jueves con una cacerola en la mano, con una tienda de campaña, con un paraguas. Por ejemplo bolsas llenas de pan de molde y palés o cartones en el suelo. Por ejemplo cuatrocientos churros anónimos. Por ejemplo una plaza llena de jóvenes y viejos: de personas. ¿Quién es más generación Ni-ni, los políticos o aquellos que luchan por lo que creen? Por ejemplo, facebook, twiter, palmas en alto, gritos y aplausos. ¿Alguien dijo que era ilegal creer en el cambio?
Por ejemplo pongamos que se han reunido en unas plazas que quieren seguir guardando su sentido: la comunicación, el ágora. Por ejemplo es Madrid, pero también es Barcelona, Granada, Bilbao, etcétera, etcétera.
Por ejemplo pensemos que miles de cabezas han levantado su vista del suelo. Por ejemplo La Puerta del Sol y la entrada al tren de cercanías como una escenografía de Brecht, con cientos de mensajes anónimos. Por ejemplo porque la política, el ordenamiento de la ciudad, debe recaer, en primer lugar, en los vecinos. Por ejemplo volver a pensar en algo, dejar que cada cual, libremente, piense. Por ejemplo intentar no estar alienado. Por ejemplo pensar en el individuo en comunidad. Por ejemplo banderas constitucionales y de la República. Por ejemplo, España. Por ejemplo la fuerza de todos aquellos que ya no quieren estar callados. 
Por ejemplo porque es el momento y es el lugar: aquí y ahora, porque está bien hablar de teatro, pero la gente ya no quiere que le cuenten más cuentos. Por ejemplo todos los que están ahí.
Pongamos, por ejemplo, que hablo del mundo. Pongamos, por ejemplo, que hablo de Madrid.

Un paseo por Madrid de la mano de Larra




Había pasado el tiempo, y después de varias tardes de vinos, dominó y cartas, empezamos a llevarnos bien. Charlábamos sobre teatros, periódicos, sobre su época y sobre la mía; sobre Castilla y sobre Madrid, me hablaba de sus amigos viejos y nuevos, de un larguirucho periodista maltés, de una jovenzuela aún en edad de merecer y de un actor gordo, gordo como un muñeco de nieve.
Se puede decir que en poco tiempo había conseguido hacerme un pequeño hueco entre su comparsa de siempre. Llegué a entablar conversación con Ramón Gómez de la Serna y con el joven Lorca, incluso asistía a las largas sesiones de meditación impartidas por John Cage de la mano de un desmejorado Mishima. Todos los pequeños placeres que se podían obtener por aquí eran poco a poco catados y degustados por una servidora que, en escaso tiempo, había conseguido que su nombre sonase entre las celebridades que vagan por estos lares.
Con suerte, debido a que tales excepciones no están previstas para los nuevos inquilinos, y gracias a la ayuda de mis nuevas amistades, pude conseguir un salvoconducto firmado por el mismísimo San Pedro y hacer una visita al Madrid que había dejado atrás una triste tarde de octubre. Decidí que mi nuevo ilustre amigo sería una buena compañía para tal menester. Algo excitada y nerviosa corrí a proponérselo y a él, en otra época amigo de los viajes, no le importo acompañarme, después de algunos titubeos.
Desde las alturas, lo primero que hicimos fue pasarnos por la Calle Bailén, justo enfrente de la catedral de la Almudena, para enseñar al todavía fresco periodista el busto que le homenajea y que nunca pudo imaginarse cuando paseó por estas calles. Al principio no se reconoció, algo normal para el que lleva doscientos años sin tener una imagen corporal, pero luego le pareció gracioso, una más de las contradicciones de la vida: cuando estás vivo te rechazan y una vez fiambre, espichado, con la pata tiesa no paran de sonar y resonar los aplausos. Encontró todo muy cambiado, le extrañó la vestimenta madrileña, los transportes y las grandes lombrices mecánicas que atravesaban la ciudad de cabo a rabo.

 

Después de pasear cerca del Teatro Real, de surcar los Jardines de Sabatini, del Cabo Noval y de Lepanto paramos en la Plaza de España para recoger una instantánea del Quijote y su escudero, que mostraríamos, una vez de regreso, al afamado escritor complutense alcalaíno.


Recorrimos la Gran Vía deteniéndonos en las fachadas de todos los teatros, alguna lagrimilla le vi soltar de refilón aunque, siempre fino e impasible, se apresuró a echar la culpa al viento sucio y al ruido de asfalto que recorría la ciudad. ¡Cómo echaba de menos todo aquello! Al salir a la Calle Alcalá y recorrer el Paseo del Prado, dirección la cuesta de Claudio Moyano, para adentrarnos en los Jardines del Retiro, le oí susurrar una frase que nunca quiso volver a repetir.



Entre las casetas de libros de viejo y segunda mano, con una gorra negra y bufanda gris, nos encontramos con el larguirucho periodista y crítico de teatro que decidió acompañarnos a refrescar nuestras gargantas con un buen chato de vino del barrio de Lavapiés. La conversación amena hizo que el tiempo, como nosotros, volara y Don Julio José de Faba se ofreció como guía perfecto de los Jardines del Buen Retiro. Las anécdotas, chascarrillos y cotilleos con los que ilustró nuestra visita hicieron cambiar mi punto de vista sobre la historia y el interés de esta mole de cemento que pensaba que era Madrid.


En un abrir y cerrar de ojos se nos había acabado el día. Después de despedir a nuestro lazarillo y acordar con él una copita de anís una vez de regreso allá arriba, decidimos acabar nuestro paseo madrileño en el Panteón de Hombres Ilustres, donde descansan los restos, arropados por los de Gómez de la Serna, de mi buen acompañante. Lugar insoslayable de las letras chulapas.
Algo cansados, después de las apasionadas aventuras del día, nos sentamos encima de la lápida del joven suicidado y antes de que nos diese tiempo a repasar nuestro camino incorpóreo por la capital vimos como se acercaban, con un ramo de violetas, unos jóvenes aprendices de crítico, acompañados por el que imaginamos sería su profesor. Ellos creyeron que hablaban a una piedra, pero realmente era Larra el que los estaba escuchando. Pude ver como una lagrimilla volvía a brotar de sus intemporales pupilas.

 
De regreso a casa, en un camino de meditación y silencio -a la par de la sesiones de Cage-, Don Mariano José de Larra me dijo: “No esperaba ver todo aquello así, apenas pude reconocerlo. He pasado un buen día, gracias. Pienso que la gente de este tiempo comete los mismos errores que la del mío y no creo que me equivoque, pero también he visto pequeñas razones para seguir manteniendo la esperanza”.
Mi amigo siempre fue y será un romántico, le di un beso en su frente sangrienta, le deseé buenas noches y me despedí de él hasta mañana con la fotografía de Don Quijote en mi bolsillo. Mientras haya gente que lo recuerde, podremos dormir tranquilos.

Irene Ochoa

El mundo que come personas




El próximo día veinte de Mayo a las 19:00 horas, en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, se estrena la obra Woyzeck del dramaturgo alemán G. Büchner, con dirección de Montse Ortiz y dramaturgia de Rocio Bello.
Woyzeck, escrita en 1836 e inconclusa debido a la prematura muerte de su autor, se completa en los múltiples montajes que desde 1913 llevan sucediéndose y que la han creado un lugar propio dentro del canon de la literatura dramática universal.
Woyzeck es el paradigma de una sociedad que fagocita a sus propios ciudadanos,” señala la joven directora. “Nos muestra los sistemas de autodestrucción que hemos creado hacia nosotros mismos. La historia de Woyzeck es la de la humanidad fracasada, de los depredadores que destruyendo a los demás se destruyen a sí mismos”, añade.
La obra nos habla con mirada crítica de temas tan complejos como la soledad o la pobreza, llegándose a relacionar de forma directa con el público de épocas diversas.
Quiero llegar al intelecto a través de la emoción y los sentimientos, que el espectador se emocione y pueda crear su propia reflexión”, dice Ortiz, "para ello he trabajado con sistemas de significación teatrales no-realistas, aunque he intentado conservar las emociones reales”, apunta la creadora.

Estilización

Hemos trabajado con el texto para crear una historia muy esencial sin grandes estructuras dramatúrgicas”, afirma Montse Ortiz, que nombra entre sus referentes a Angélica Liddell y a Rodrigo García.
En la obra se han reducido el número de personajes propuestos por el alemán y es interpretada por tan sólo seis actores.
El resultado es una síntesis de la obra de Büchner”, afirma Rocio Bello, la encargada de la versión, “el texto se ha reducido a su esencia, a su raíz primigenia, conservando toda su fuerza”, concluye.

La obra podrá verse en la Sala García Lorca de la RESAD. Viernes veinte de Mayo a las 19:00 y lunes veintitrés a las 12:30 y 19:00 horas.


Irene Ochoa

martes, 17 de mayo de 2011

Un paseo por Madrid de la mano de Larra





Había pasado el tiempo, y después de varias tardes de vinos, dominó y cartas, empezamos a llevarnos bien. Charlábamos sobre teatros, periódicos, sobre su época y sobre la mía; sobre Castilla y sobre Madrid, me hablaba de sus amigos viejos y nuevos, de un larguirucho periodista maltés, de una jovenzuela aún en edad de merecer y de un actor gordo, gordo como un muñeco de nieve.
Se puede decir que en poco tiempo había conseguido hacerme un pequeño hueco entre su comparsa de siempre. Llegué a entablar conversación con Ramón Gómez de la Serna y con el joven Lorca, incluso asistía a las largas sesiones de meditación impartidas por John Cage de la mano de un desmejorado Mishima. Todos los pequeños placeres que se podían obtener por aquí eran poco a poco catados y degustados por una servidora que, en escaso tiempo, había conseguido que su nombre sonase entre las celebridades que vagan por estos lares.
Con suerte, debido a que tales excepciones no están previstas para los nuevos inquilinos, y gracias a la ayuda de mis nuevas amistades, pude conseguir un salvoconducto firmado por el mismísimo San Pedro, y hacer una visita al Madrid que había dejado atrás una triste tarde de octubre. Decidí que mi nuevo ilustre amigo sería una buena compañía para tal menester. Algo excitada y nerviosa corrí a proponérselo y a él, en otra época amigo de los viajes, no le importo acompañarme, después de algunos titubeos.
Desde las alturas, lo primero que hicimos fue pasarnos por la Calle Bailén, justo enfrente de la catedral de la Almudena, para enseñar al todavía fresco periodista el busto que le homenajea y que nunca pudo imaginarse cuando paseó por estas calles. Al principio no se reconoció, algo normal para el que lleva doscientos años sin tener una imagen corporal, pero luego le pareció gracioso, una más de las contradicciones de la vida. Cuando estás vivo te rechazan y una vez fiambre, espichado, con la pata tiesa no paran de sonar y resonar los aplausos. Encontró todo muy cambiado, le extrañó la vestimenta madrileña, los transportes y las grandes lombrices mecánicas que atravesaban la ciudad de cabo a rabo.






Después de pasear cerca del Teatro Real, de surcar los Jardines de Sabatini, del Cabo Noval y de Lepanto paramos en la Plaza de España para recoger una instantánea del Quijote y su escudero, que mostraríamos, una vez de regreso, al afamado escritor complutense alcalaíno.




Recorrimos la Gran Vía deteniéndonos en las fachadas de todos los teatros, alguna lagrimilla lo vi soltar de refilón aunque, siempre fino e impasible, se apresuró a echar la culpa al viento sucio y al ruido de asfalto que recorría la ciudad. ¡Cómo echaba de menos todo aquello! Al salir a la Calle Alcalá y recorrer el Paseo del Prado, dirección la cuesta de Claudio Moyano, para adentrarnos en los Jardines del Retiro, lo oí susurrar una frase que nunca quiso volver a repetir.








Entre las casetas de libros de viejo y segunda mano, con una gorra negra y bufanda gris, nos encontramos con el larguirucho periodista y crítico de teatro que decidió acompañarnos a refrescar nuestras gargantas con un buen chato de vino del barrio de Lavapiés. La conversación amena hizo que el tiempo, como nosotros, volara y Don Julio José de Faba se ofreció como perfecto guía de los Jardines del Buen Retiro. Las anécdotas, chascarrillos y cotilleos con los que ilustró nuestra visita hicieron cambiar mi punto de vista sobre la historia y el interés de esta mole de cemento que pensaba que era Madrid.




En un abrir y cerrar de ojos se nos había acabado el día. Después de despedir a nuestro lazarillo y acordar con él una copita de anís una vez de regreso allá arriba, decidimos acabar nuestro paseo madrileño en el Panteón de Hombres Ilustres, donde descansan los restos, arropados por los de Gómez de la Serna, de mi buen acompañante. Lugar insoslayable de las letras chulapas.
Algo cansados, después de las apasionadas aventuras del día, nos sentamos encima de la lápida del joven suicidado y antes de que nos diese tiempo a repasar nuestro camino incorpóreo por la capital vimos como se acercaban, con un ramo de violetas, unos jóvenes aprendices de crítico, acompañados por el que imaginamos sería su profesor. Ellos creyeron que hablaban a una piedra, pero realmente era Larra el que los estaba escuchando. Pude ver como una lagrimilla volvía a brotar de sus intemporales pupilas.




De regreso a casa, en un camino de meditación y silencio -a la par de la sesiones de Cage-, Don Mariano José de Larra me dijo: “No esperaba ver todo aquello así, apenas pude reconocerlo. He pasado un buen día, gracias. Pienso que la gente de este tiempo comete los mismos errores que la del mío y no creo que me equivoque, pero también he visto pequeñas razones para seguir manteniendo la esperanza”.
Mi amigo siempre fue y será un romántico, le di un beso en su frente sangrienta, le deseé buenas noches y me despedí de él hasta mañana con la fotografía de Don Quijote en mi bolsillo. Mientras haya gente que lo recuerde, podremos dormir tranquilos.


Irene Ochoa


miércoles, 11 de mayo de 2011

Decálogo del perfecto cuentista - Horacio Quiroga


1) Cree en un maestro —Poe, Maupassant, Kipling, Chejov— como en Dios mismo.
2) Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
3) Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
4) Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
5) No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
6) Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “Desde el río soplaba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
7) No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
8) Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
9) No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
10) No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.


jueves, 5 de mayo de 2011

XII Maratón de Monólogos




En sus marcas, listos... ¡A escena!

Por Habaguanex

La tarde del viernes 6 de mayo del 2011 a las 18 horas se llevará a cabo la Decimosegunda Maratón de monólogos convocada por la AAT (Asociación de Autores de Teatro) La casa Encendida de Madrid, sita en Ronda de Valencia 2, metro Embajadores, abrirá gratuitamente sus puertas para ofrecer pequeñas muestras del quehacer literario teatral al público madrileño y español en general. 
La RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid) no ha querido faltar a la cita.
Cinco monólogos han salido de sus aulas de dramaturgia. Trabajos y proyectos vinculados al desarrollo formativo de los futuros autores teatrales. Los mismos han servido de fuente inspirativa conformando una pequeña representación del equipo de atletas de las letras escénicas que entrena diariamente la RESAD.
El centro cultural de la fundación Caja Madrid, espera compartir con el público amante del teatro para juntos dar el pistoletazo de salida.

Habaguanex



Crítica


Una puesta arriesgada en un espacio que apuesta









Incrementum de Georges Pérec. Dirigido y adaptado por Sergio Peris-Mencheta Reparto: María Isasi, Marta Aledo, Lara Cobos, Marta Solaz, Rebeca Ledesma, Ainhoa Aldanondo, Sergio Villoldo. Del 5 al 28 de Mayo todos los jueves, viernes y sábados a las 21h30. Kubik Fabrik.
La vie, mode d'emploi es la novela de Georges Pérec que da origen a la adaptación teatral Incrementun. La esencia del autor francés perteneciente al grupo literario Oulipo, se mantiene en esta versión de Sergio Peris- Mancheta que explota al máximo el juego de palabras y la repetición.
El espacio Kubik Fabrik, antigua fábrica remodelada del barrio de Usera, abre sus puertas a este director novel, más conocido por su trayectoria como actor de cine (Los Borgia, El Capitán Trueno y el Santo Grial, Resident Evil: Afterlife, Love Ranch etc.) y televisión (Al salir de clase 1998/99).
El director nos presenta un montaje lleno de ironía e imaginación. Incrementum nos sumerge en el vertiginoso periplo de seis empleadas de oficina en busca de un aumento de sueldo, un objetivo que se dilata a lo largo del tiempo en un circularidad repetitiva y disparatada. En un espacio blanco y austero la impecable interpretación de las seis protagonistas es el sello que marca la diferencia. A medida que la escenificación avanza descubrimos la fisura de los personajes, que transitan todos los estados de ánimo al quedar enredadas en sus propias especulaciones mentales.
La propuesta de Peris es coral y precisa, suena como una música afinada donde el ritmo va in crescendo a medida que atrapa al espectador. La música en vivo, a cargo de Sergio Villoldo, que también encarna a un divertido presentador, complementa la sonoridad del texto.
Seis sillas negras en el espacio completamente blanco y unos pocos elementos de atrezzo, componen la escenografía de una obra cuyo peso descansa en la entrega de las actrices y la infinidad de matices propuestos por una dirección de escena excelente.
Una pieza imperdible, llena de riesgo, humor y experimentación que es recibida gratamente por el público que además de disfrutar tiene la posibilidad de reflexionar a posteriori con este reflejo del sistema laboral en el que estamos inmersos.
ÁNGEL DE AZA

Reflexión

La lengua


La lengua, teniendo en cuenta su enorme potencial es completamente ambivalente. Tanto puede ser utilizada para la creación, la evolución de una cultura y la riqueza de los pueblos como para su manipulación, destrucción e involución. Pero podría afirmarse que su lado negativo se debe a la dicotomía entre palabras y hechos. Esta desunión hace que surjan los malentendidos. Cuanto más manejo de la palabra tengamos, más capacidad camaleónica. Si la lengua y los hechos se dirigieran hacia un mismo sentido, probablemente nacería una verdad, una coherencia. La pregunta es: ¿Somos capaces después de tanto entrenamiento en la utilización de máscaras, de ser realmente coherentes en cuanto a hechos y palabras? Me confieso incapaz. Ni aun cuando intentemos serlo, los demás nos dejarían. Y creo que este tema da para mucho y como no soy ninguna experta ahora os dejo para que den rienda suelta con honestidad y coherencia a la sin hueso, ¿O es que os han comido la lengua los ratones?


ÁNGEL DE AZA

Columna

Dionisio llama ¿Hay alguien?


Ya los griegos lo sabían muy bien; cuando despierta la primavera y el sol acaricia las blancas pieles del invierno, las hormonas corretean desenfrenadas batiendo la sangre. El impulso se impone a la razón y lo más sano para el ser, es ser consecuente con la naturaleza ¿Cómo? Embriagándonos durante días y noches; vino, teatro y desenfreno. Dando rienda suelta al instinto hasta culminar en la liberadora catarsis. Ese es el espíritu, legado de los dioses que debe permanecer vivo en toda persona que se considere digna de pertenecer al mundo del arte. Nada de opacos seres de gafas, encerrados en un cuarto frente a una pantalla, memorizando nombres y fechas, bajo la tiranía del saber.
No era esto lo que predicaban los sabios griegos, no era esto señores.
Basta de dobletes de cándidas historias de musical, ¡Pongámonos de acuerdo! Basta de absurdas exposiciones de “No tengo ni idea de cómo se hace y tiro porque me toca”. Basta de: te explico lo mismo que leo, frase por frase, párrafo por párrafo, que el libro solo tiene 438 páginas, ya terminamos. Basta de pasar el clásico lunes escuchando la ideología de la caspa ¡Si Calderón lo oyera, que deshonra! Y basta de visionados eternos que una y otra vez ponen a prueba mi capacidad de estar despierta. Basta señores, basta de blogs sin ángel por la velocidad.
Dionisio me llama y lucho entre mis obligaciones intelectuales y las de mi espíritu, ¿A quién serle fiel sin morir en el intento? Cuanto de todo esto no es una mera excusa para justificar una vida que no necesita justificación para ser. Déjame Dios del vino y del infierno que golpeas mis sienes desde dentro, tengo que encerrarme a escribir para que los sabios de hoy tengan material de desecho.

ÁNGEL DE AZA


Un final distinto


Tengo frío, tengo miedo y tú ya no estas aquí…

Tus llaves quedaron en la mesa y atrás quedó lo que había sido una vida entre tú y yo. Atrás quedaron miles de ideas que no se cumplieron. Atrás quedaron, junto a mi horrible figura, un mundo de caricias que día a día construimos y que ahora nos negamos.

Fue un día de verano. Estábamos en la playa, el mediterráneo nos acompañaba y nosotros, como un par de tontos, nos mirábamos fijamente a los ojos. Nos habíamos comidos unos helados. Tomábamos el sol sin precaución. La arena se introducía por nuestras ropas. Tus labios estaban fríos y tu cuerpo caliente. No sé si fue esa mezcla, pero de mi boca aparecieron palabras que marcaron nuestra época: “Podemos hacer todo lo que queramos”, dije sin medir consecuencias.

Y lo hicimos. Creamos mundos a granel. Hablábamos y las letras se pegaban sin darnos cuenta en hojas vacías. Bailamos y el cuerpo nos daba vida. Hicimos cosas espectaculares cuando nadie aun podía hacerlas. Así fuimos conociéndonos y de cierto modo nos hicimos más adultos.

Ese día no nos casamos, pero un lazo más fuerte que un anillo nos mantuvo juntos. Sin embargo esto no era más que otra historia de amor y eso lo veo ahora en tu rostro. Si hubiese entendido esto antes, no estarías ahí. Si hubiera comprendido que nosotros no teníamos nada de diferentes, no habría tenido que hacer esto. Nunca debí pensar que lo de nosotros era para siempre. No debí forzarte. Pero lo hice.

Hace dos días saliste por la puerta dejando las llaves sobre la mesa. Dos noches que no descanso en nuestra cama. Y en lo único que pienso ahora es en mentirte como cuando estábamos juntos. Deseo decirte que todo ira bien. Que lo superaremos...

-¿Me arrepiento?-

Tengo frío, tengo miedo y tú no estas aquí Una mancha roja rodea tu cuerpo. Estas tirada en esa calle alejada del centro. Pero debo caminar. No me puedo detener. Si lo hago me acusarás de que todo esto es un engaño. Lo siento, en realidad lo lamento, no quise dañarte, no quise darte “castillos en el aire”, no quise hacerte creer que podíamos ser buenos. No lo somos y no lo soy. Me gustaría que este final fuese distinto, pero tú estás en esa calle y yo continúo huyendo.

P. Ugrumov