Mayo en Madrid, fiesta de San Isidro, y no entiendo nada de lo que dicen.
Chulapa, verbena, garito, chapar…
¡Vaya palabras!
A saber que significa esto. Pero bueno, intentemos entender: cultura castiza + Religión = Día de fiesta. Desde este punto comienza a interesarme.
En fin, un día en que la gente se distrae, un día de tradición en el que se le inculca a los niños y niñas ir disfrazados al cole.
¡Todo muy bonito! ¡Todos muy contentos!
Un día especial con calor y en el que se celebra la vida de un santo. San Isidro, el santo de la lluvia… y ahora que comienza el calor.
¡Vaya ciudad, nunca se colocarán de acuerdo!
Pero en fin, que más podemos pedir si estamos en una ciudad en que nadie es de aquí. Incluso puedo llegar a imaginar que la designación de éste santo como patrono no fue más que una decisión arbitraría de algún miembro de la iglesia Católica regida desde Roma o de cualquier otra parte.
¡Madrid no es de nadie, señores!
Los gatos no existen, salvo en los tejados de las pocas casas que quedan dispersas por la ciudad. Conocer a cualquier persona que haya nacido aquí es un lujo, un hecho precioso que se debe de guardar en la memoria y en el corazón.
Y todas estas palabras ¿De dónde salieron?
Gente ociosa, gente que en su afán de entenderse inventó un lenguaje propio de la ciudad y que no le pertenece a nadie. No puedo dejar de señalar, que por esta y por otras muchas razones, éste lugar es fascinante
¡Viva Madrid!
Madrid, ciudad de chalupas, verbenas, de majos, de tercios, de garitos chapados y de botellón. Ciudad capital de España. Lugar donde todo el mundo se puede sentir en casa y donde siempre existe algún colega con quien disfrutar un rico calimocho...
Y pim, pam, pun.
P. Ugrumov
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