sábado, 23 de junio de 2012

Un curandero para el teatro‏



El fantástico, Francis Hardy, curandero (Faith healer). De: Brian Friel. Versión: Manuel Benito. Dirección: Juan Pastor. Elenco: Bruno Lastra, Maria Pastor y Felipe Andrés. Iluminación y espacio escénico: Juan Pastor. Sala la Guindalera. 27 mayo de 2012. Madrid.  


El micro-mecenazgo es la decisión que ha tomado la gente del Teatro la Guindalera para llevar a cabo este montaje. Las subvenciones del Estado han desaparecido y el dinero falta en cualquier lugar donde pongamos la mirada. Para salir del paso, La Guindalera, liderada por Juan Pastor, nos presenta está forma de crear teatro. Una plataforma de pago digital (Tahona Cultural) que apoya proyectos culturales, y donde gente de distinta procedencia aportan desde 10 a 500 euros para afrontar los gastos a cambio de premios como invitaciones a preestrenos y encuentros con los actores. 
Así pudo ver la luz El fantastico Francis Hardy, curandero. Una obra de sencilla composición, pero con unas actuaciones que destacan por el compromiso en lo realizado. Tres personajes, Francis, Grace y Teddy, realizan tres monólogos de una misma situación que recuerdan desde distintos puntos de vistas, sobre el incidente que separó para siempre sus vidas. Francis es un curandero, una persona que posee un don que, como mucho de nosotros, no puede controlar y que lo hace cuestionarse si él es un farsante o un verdadero sanador. Él lo resuelve diciendo que es un espectáculo, algo que le da el sustento al grupo, y así con la habilidad y los movimientos de un prestidigitador, nos traslada a su última aventura.
El fantastico Francis Hardy, curandero (Faith heeler titulo original) es la versión de Manuel Benito, sobre el texto del autor irlandés. Una versión pulcra donde se consigue mantener el carácter poemático y musical del texto original de Freil.  Resolviendo de forma correcta cambios de perspectiva de los personajes, sus paradas y giros temáticos; consiguiendo de esta forma mantener un ritmo correcto y ordenado en todo momento.
La dirección, realizada por Juan Pastor, demuestra el conocimiento y entrega que ha dedicado a la figura de este autor. Tres obras ha montado del Irlandés anteriormente: Bailando en LughnassaMolly sweeney yEl juego de Yalta. En el Fantastico Francis Hardy muestra una sobriedad que roza la elegancia en la concepción pulcra de los movimientos y, también, en el manejo de las emociones en la dirección de actores. Siempre contenidas y sugiriendo más que mostrando.
La escenografía donde se desarrolla cada uno de estos monólogos, esta recreada solamente con lo esencial: unas sillas, botellas de Whiskey, una mesa y el cartel del espectáculo.
De esta forma, Juan Pastor nos señala de buena manera que el teatro no necesita grandes ni ostentosas maquinarias para montar un buen espectáculo. Sólo dos cosas son esenciales: Un buen texto y unos actores comprometidos con su trabajo. El dinero y la infraestructura, con optimismo y buenas ideas, se conseguirá más adelante. Este es un tiempo para sobrevivir, para sanar y mantener vivo una cartelera que podría ser, cada día, de mejor calidad.

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