viernes, 22 de junio de 2012

Un método efectivo


El mètode Jennifer. Dramaturgia: David Belzunce. Dirección: Artur Díaz y David Belzunce. Elenco: Rocío Gutiérrez, Ana Mª Romero, Erika Rodríguez, Carla León y Elena Simarro. Producción: Laboratori Teatral Patates amb suc. TeatreNeu

El Mètode Jennifer nos muestra una realidad muy cercana a los tiempos de crisis que estamos viviendo. El Mètode se asoma al interior de las empresas a través de un agujero, en este caso un supuesto espejo, para observar con detenimiento los procedimientos que  utilizan en la actualidad las grandes empresas para contratar a un empleado. Cinco cajeras de un conocido supermercado son llamadas para ser aspirantes a un puesto superior dentro de la propia empresa.
            La compañía, formada por jóvenes actrices y directores, ofrece al espectador teatro en estado puro. Tanto es así, que la historia podría seguirse por la sucesión de imágenes y situaciones tan potentes que abruman a nuestra retina.  Quedan en la memoria gags y momentos que nos lleva a una comedia muy disparatada. Consiguen satirizar la obra teatral El método Gronholm, que también partía de distintas pruebas eliminatorias. Con ellas los implicados iban descubriendo sus caracteres a la vez que reflexionaban sobre el sistema de selección.
            Las actrices juegan muy bien su papel, destacando entre ellas la vis cómica de la cajera barrio bajera, que con la gracia de sus respuestas y el contraste de su verdadera cara, que aflora cuando no entiende nada de la situación y termina explotando, consigue que el público ría sonoramente. Por supuesto el trabajo de contención de la falsa cajera, que sabe interpretar con maestría los diferentes rolles.  
            La iluminación, la escenografía y el propio vestuario logran que se respire un ambiente liviano con pequeñas fisuras por las que se escapan inevitablemente lo más humano: los sueños, los deseos, las frustraciones, los miedos, la envidia e incluso los secretos. Quizás el momento de la proyección aleja al espectador del disfrute vivido y de la implicación con las actrices. Además, la utilización de disparos durante la función desconcierta en todo momento al espectador.
            Lo más importarte es comprobar como aún quedan salas que se arriesgan con montajes alternativos, asumiendo el riesgo al miedo a lo desconocido por parte del público. En este caso los espectadores siguen acompañando cada miércoles a una joven compañía.


                                                                                                                         Aleix Serra

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