El mètode Jennifer. Dramaturgia: David Belzunce. Dirección: Artur Díaz y David Belzunce. Elenco: Rocío Gutiérrez, Ana Mª Romero, Erika Rodríguez, Carla León y Elena Simarro. Producción: Laboratori Teatral Patates amb suc. TeatreNeu
El Mètode
Jennifer nos muestra una realidad muy cercana a los tiempos de crisis que
estamos viviendo. El Mètode se asoma al interior de las empresas a través de un
agujero, en este caso un supuesto
espejo, para observar con detenimiento los procedimientos que utilizan en la actualidad las grandes
empresas para contratar a un empleado. Cinco cajeras de un conocido
supermercado son llamadas para ser aspirantes a un puesto superior dentro de la
propia empresa.
La compañía, formada por jóvenes
actrices y directores, ofrece al espectador teatro en estado puro. Tanto es
así, que la historia podría seguirse por la sucesión de imágenes y situaciones
tan potentes que abruman a nuestra retina.
Quedan en la memoria gags y momentos que nos lleva a una comedia muy
disparatada. Consiguen satirizar la obra teatral El método Gronholm, que también partía de distintas
pruebas eliminatorias. Con ellas los implicados iban descubriendo sus
caracteres a la vez que reflexionaban sobre el sistema de selección.
Las actrices juegan muy bien su
papel, destacando entre ellas la vis cómica de la cajera barrio bajera, que con
la gracia de sus respuestas y el contraste de su verdadera cara, que aflora
cuando no entiende nada de la situación y termina explotando, consigue que el
público ría sonoramente. Por supuesto el trabajo de contención de la falsa
cajera, que sabe interpretar con maestría los diferentes rolles.
La iluminación, la escenografía y el
propio vestuario logran que se respire un ambiente liviano con pequeñas fisuras
por las que se escapan inevitablemente lo más humano: los sueños, los deseos,
las frustraciones, los miedos, la envidia e incluso los secretos. Quizás el
momento de la proyección aleja al espectador del disfrute vivido y de la
implicación con las actrices. Además, la utilización de disparos durante la
función desconcierta en todo momento al espectador.
Lo más importarte es comprobar como
aún quedan salas que se arriesgan con montajes alternativos, asumiendo el
riesgo al miedo a lo desconocido por parte del público. En este caso los
espectadores siguen acompañando cada miércoles a una joven compañía.
Aleix Serra
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